SEGUNDA VUELTA ELECTORAL

Los desafíos del nuevo presidente de Chile

Un país con profundas desigualdades espera a su próximo mandatario

Alejandro Guillier, a la izquierda, y Sebastián Piñera, a la derecha, candidatos a la presidencia de Chile

Alejandro Guillier, a la izquierda, y Sebastián Piñera, a la derecha, candidatos a la presidencia de Chile / IA/PAS

Abel Gilbert

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Chile elige en las urnas a su nuevo presidente este domingo, entre el magnate derechista Sebastián Piñera y el periodista de centroizquierda Alejandro Guillier. Estos son los principales retos que esperan al vencedor.

Frenazo de la economía

Según el Banco Mundial, la pobreza en Chile pasó del 26% al 7% entre el 2000 y el 2015, gracias a las altas tasas de crecimiento. Pero en el 2017, y debido a la caída de los precios internacionales del cobre, la principal fuente exportadora, la economía solo crecerá un 1,4%. Ambos candidatos aseguran tener la llave para reencauzar el rumbo virtuoso. Por lo pronto, y gracias también al cobre, se augura una mejora del PIB del 2,8% para el año venidero. El ganador de los comicios encontrará condiciones inmejorables.

Desigualdad

Los índices de la macroeconomía no han tenido todo el impacto social esperado. De hecho, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha consignado que al 5% de la población de mayores ingresos le pertenece el 51% de las riquezas de Chile. Todas las campañas electorales giran alrededor del problema endémico de la desigualdad, que afecta especialmente a los jóvenes de entre 18 y 25 años, las mujeres y las personas con educación escolar incompleta.

Modelo educativo

Sebastián Piñera afrontó durante su primera presidencia (2010-14) protestas en favor de la educación gratuita y de excelencia. El segundo Gobierno de Michelle Bachelet emprendió una reforma que facilita a 260.000 jóvenes entrar en la universidad sin endeudarse con los bancos por 15 años. Se trata de un 60% del total de los estudiantes. La presión por un beneficio que alcance a todos puede activar otra vez la movilización callejera.

Sistema sanitario

La salud es uno de los temas que más inquietan a los chilenos. Un 60% de la población se atiende en el sistema público, criticado por su calidad, eficiencia e interminables listas de espera. La otra parte del país se refugia en el servicio privado, que es muy costoso y con enormes diferencias según lo que se paga. Chile tiene de las peores coberturas dentales de la OCDE, y 200.000 personas sufren alzhéimer u otro tipo de demencia pero solo unos 4.000 reciben tratamiento o apoyo.

Reforma de las pensiones

La otra piedra en el zapato del modelo chileno tiene que ver con las Aseguradoras de Fondos de Pensión (AFP). El sistema privado de pensión estuvo en el centro de las discusiones electorales. Las AFP son hijas de la dictadura. Al nacer, se les aseguró a los afiliados una vejez próspera. Décadas después llegó la verdad: se perciben unos 300 euros al mes de promedio. El Congreso tramita una reforma de las AFP para subir en promedio un 20% las percepciones. Guillier quería profundizar ese camino. Piñera lo rechaza.