CONGRESO DEL PARTIDO

Xi es elevado al nivel de Mao y Deng Xiaoping en la Constitución del PCCh

Esa decisión eleva la figura del presidente y refuerza su poder y prestigio

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Adrián Foncillas / Pekín

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El XIX Congreso del Partido Comunista de China ha impulsado a Xi Jinping al olimpo. Su nombre e ideario han quedado grapados a la Constitución junto a los de Mao Zedong y Deng Xiaoping, los artífices de la China moderna. Xi no es comparable a Deng en talento, logros ni en dimensión histórica, pero el partido le ha aupado sobre el arquitecto de las reformas. Las aportaciones de Deng no entraron en la Carta Magna hasta después de su muerte y la tradición de la política china valora su concepto de “teoría” por debajo del “pensamiento” de Xi y Mao.

La medida unge a Xi como líder vitalicio, estrecha los márgenes del sano debate interno y le blinda de ataques porque cuestionarle supondrá cuestionar al partido.  Los 89 millones de afiliados, los estudiantes o los trabajadores de fábricas tendrán que añadir a sus estudios el “Pensamiento de Xi Jinping sobre una nueva era de socialismo con características chinas”.

La nueva era alude al contexto actual. Mao levantó un país arrodillado por el colonialismo europeo y el imperialismo japonés, Deng diseñó la apertura económica y Xi lo empujará a una prometida grandeza cuyos detalles de fondo se desconocen. Su ideario no resiste un análisis minucioso. Son 14 puntos que alternan conceptos ampulosos y vagos como la “vida armoniosa entre el hombre y la naturaleza” con enfáticas aclaraciones sobre la “absoluta autoridad del partido” en todos los órdenes de la vida.

"Júbilo y dignidad"

“Hoy, más de 1.300 millones chinos viven con júbilo y dignidad. Nuestra tierra irradia un enorme dinamismo. Nuestra civilización china brilla con perdurable esplendor y glamur”, ha dicho el presidente esta mañana en su breve discurso.

El coro ya sugería el desenlace. Los colegas habían rivalizado en ditirambos durante la semana. El pensamiento de Xi es “intelectualmente incisivo, visionario y magnífico”, apuntó Chen Quanguo, jefe del partido de Xinjiang. Bayanqolu, responsable de la provincia de Jilin, describió a Xi como el “timonel” del partido, en referencia clara a Mao. Un editorial de la agencia Xinhua aclaraba que “China está preparada para recuperar su poder y regresar a la cúspide del mundo” con el rumbo de Xi.

También este evento será etiquetado como el de la coronación, consolidación o confirmación de Xi, alfa y omega de la política china desde que apareciera en escena. Mañana se desvelará la composición de los órganos de poder del partido y la atención recaerá en los siete miembros del Comité Permanente del Politburó. Sólo permanecerá Xi y el primer ministro, Li Keqiang. La ausencia de candidatos claros sugeriría la voluntad de Xi de prolongarse en el sillón más allá de los dos mandatos constitucionales. Pero esa cuestión o el número de afines que pueda colar en el comité ha perdido relevancia después de que hoy fuera aupado al altar del partido. La influencia de los expresidentes es bien conocida: Hu no pudo liberarse nunca de la sombra de Jiang. Los que vengan tendrán que lidiar con la autoridad del único líder vivo con huella en la Constitución.