EL FUTURO DE LA UE

Macron aboga por construir una verdadera soberanía europea

Macron interviene en un evento en la colina de Pnyx, en Atenas, el 7 de septiembre.

Macron interviene en un evento en la colina de Pnyx, en Atenas, el 7 de septiembre. / periodico

Eva Cantón

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Adicto como es a los símbolos, Emmanuel Macron eligió la colina de Pnyx, desde donde se divisa una privilegiada vista de la Acrópolis ateniense, para presentar las grandes orientaciones de su proyecto de refundación de la Unión Europea. Fue un discurso salpicado de lirismo, a veces almibarado, que arrancó con unas palabras en griego y un diagnóstico poco amable del estado de salud del viejo continente.  La soberanía, la democracia y la confianza de Europa están hoy en peligro, advirtió el presidente francés.

La crisis griega fue la primera señal de alarma del fracaso del proyecto europeo. Pero no hay que resignarse o abandonar los ideales que lo fundaron porque, según Macron, en un mundo que ve deshacerse las alianzas de antaño “Europa es el último refugio”. “El mundo –dijo- tiene necesidad de Europa”.

Su propuesta es hacer autocrítica, encontrar la ambición primigenia y rehacer el proyecto europeo de manera colectiva. No desde los despachos, sino escuchando a los ciudadanos. Para ello propugna construir una “soberanía europea” que haga frente a desafíos trasnacionales como el cambio climático, las migraciones, el terrorismo o las crisis financieras. Reconquistar esa soberanía será también un antídoto frente a los populismos que arremeten contra la Unión Europea.

El presidente que llegó al Elíseo en mayo con un discurso marcadamente europeísta quiere trazar una hoja de ruta europea para los próximos 10 años que no cometa los errores del pasado y no se pierda en lo que ha llamado una “guerra civil interna” como la vivida en los últimos años. “Quiero que encontremos la reconciliación, la solidaridad y una soberanía europea que pasa por tener objetivos comunes”.

Macron presentará a sus socios europeos de aquí a finales de año su plan para defender la convergencia social y fiscal, lograr una gobernanza fuerte, un presupuesto de la zona euro, con un poder ejecutivo y un Parlamento de la eurozona. La meta es lograr definir los términos de la soberanía europea.

Cambio de método

Esa hoja de ruta incluye también un cambio de método. Nada de negociar a escondidas un nuevo tratado. Macron quiere que los grandes principios sean debatidos en todos los Estados miembros durante el primer semestre del 2018 a través de “convenciones democráticas que permitan a los pueblos discutir de la Europa que quieren” y evitar que los referéndums se conviertan en el “arma” de los populistas.

Y para hacer más democrático el funcionamiento cotidiano de la Unión, ha propuesto crear listas transnacionales en las próximas elecciones al Parlamento Europeo.  “Compartimos una historia y un destino”, proclamó el presidente francés, que ha defendido también su idea de una “Europa que protege” retomando su cruzada contra la directiva de trabajadores desplazados que le ha valido una crisis diplomática en toda regla con las autoridades polacas.

“Soberanía, democracia, cultura. El futuro de los jóvenes está ahí. ¿Tenemos que tener miedo de esta ambición extrema? Hace 30 años se hablaba de la locura de quienes querían una moneda única. Tened la loca ambición de querer de nuevo una Europa más fuerte”, arengó antes de mezclarse con la multitud de jóvenes que llenaban la plaza.

Apoyo a Grecia

En su primera visita a Grecia, Macron se entrevistó con el presidente del país, Prokopis Pavlópulos, y con el primer ministro, Alexis Tsipras, a quien felicitó por la agenda de reformas, el programa de austeridad aplicado a pesar de las presiones sufridas y por su compromiso para mantener a Grecia en la zona euro.

El inquilino del Elíseo ha defendido que el pueblo griego necesita ahora la solidaridad europea para hacer frente a la crisis de refugiados, porque ha pagado un alto precio a cambio de las reformas exigidas para obtener el rescate que le mantuvo en la eurozona.

Pavlópulos, por su parte, ha asegurado que Grecia seguirá cumpliendo con las obligaciones adquiridas con su acreedores, pero ha reclamado reciprocidad por parte de los socios, particularmente en lo que se refiere a la promesa de un alivio de la deuda.

El presidente griego ha agradecido a Francia el apoyo que brindó a su país en el verano de 2015, cuando Grecia estuvo a punto de salir de la eurozona, un respaldo que -ha dicho- no solo fue importante para este país, sino para la unidad y estabilidad de la Unión Europea.

Pavlópulos ha respaldado la idea de reforma de la eurozona y ha pedido a Macron que Francia asuma un papel de liderazgo a la hora de convertir Europa en una "potencia que dé esperanza en tiempos difíciles".