TENSIÓN NUCLEAR

Corea del Norte anuncia que lanzará nuevos misiles

La ONU condena el disparo del Hwasong-123 pero no aprueba nuevas sanciones porque aún no ha acabado de aplicar las últimas

corea del norte misil

corea del norte misil / periodico

Adrián Foncillas

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El misil que el martes sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido ha devuelto la rutinaria palabrería a la península coreana después de un par de semanas de tregua. Pyongyang, Washington, Tokyo, Pekín, Seúl y la ONU observaron la liturgia sin separarse una letra del guión. Corea del Norte aclaró que aquel misil es sólo el primero en la serie del Pacífico con la que pretende "contener" la base estadounidense de Guam. La prensa mostró sin recato al líder, Kim Jong-il, supervisando el lanzamiento y compartiendo carcajadas con su avejentado séquito militar. El misil fue, según la agencia oficial, el castigo a las maniobras militares de Washington y Seúl en las que Pionyang intuye ensayos de invasión.

Donald Trump, presidente estadounidense, volvió a Twitter para defender que "hablar no es la respuesta" y que EEUU había estado pagando "dinero de extorsión" al régimen del Extremo Oriente. Aludía a los acuerdos que sus predecesores firmaron con Pionyang para evitar, precisamente, que la crisis alcanzara el punto de ebullición actual. Con la perspectiva que sólo el tiempo da, no parecen tan malos. Trump había insistido el día anterior en que "todas las opciones estaban sobre la mesa".

La ONU había emitido el martes su enésima declaración condenatoria y había subrayado los peligros que suponen las tropelías norcoreanas para la comunidad internacional. No aprobó nuevas sanciones porque aún no ha terminado de aplicar las últimas. Las siete rondas de sanciones adoptadas desde 2006 han ayudado muy poco a solventar el problema.

Subir la presión

Shinzo Abe y Moon Jae-in, presidentes de Japón y Corea del Sur, aprobaron la búsqueda de medidas "más efectivas y específicas" y subir la presión a Pyongyang hasta "un nivel extremo", sin explicar de qué estaban hablando. Y China volvió a pedir consenso y cabeza fría.

El misil enviado hacia Japón habría caído muy cerca de la base estadounidense de Guam si Corea del Norte hubiera apuntado al sur. El lanzamiento acabó con la razonable calma generada tras la cancelación del prometido ataque a Guam. Pionyang ha devuelto esa posibilidad, ahora ya con un misil de presunta eficacia. Ayer advirtió que las reacciones estadounidenses influirán en su decisión de retomar el plan.