Kenyatta vence las elecciones en Kenia con el 54,47% de los votos

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Javier Triana

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Cinco años más en el poder para Uhuru Kenyatta. La Comisión Electoral de Kenia ha anunciado este viernes que Kenyatta, el hombre más rico del país e hijo del considerado padre de la patria, ha ganado las elecciones presidenciales celebradas el pasado martes con 8,2 millones de votos (el 54,27% de los sufragios), una proclamación que ha levantado a numerosos partidarios de la oposición y ha creado violencia en varias partes del país.

La victoria de Kenyatta se ha producido a pesar de la pataleta de los últimos días de la coalición opositora que tachó de "payasada" el trabajo de la Comisión y optó por no reconocer los resultados. De hecho, dijeron que "recurrir a la justicia no es una alternativa" y apelaron a "la solidaridad de los kenianos".

Las zonas de predominancia de partidarios del líder opositor, Raila Odinga, que han presenciado mucho movimiento en los últimos días, ya registran episodios violentos de enfrentamientos con la policía y saqueos de los comercios tras el anuncio de los resultados, que no ha complacido a los correligionarios de Odinga (quienes se sienten abandonados por el Gobierno). Las barriadas chabolistas capitalinas de Kibera, Mathare, Kariobangi, Dandora y Kawangware, entre otras, además de las ciudades occidentales de Kisumu y Homa Bay, están siendo escenario de varios de estos incidentes.

Dos fuentes distintas en Kibera dijeron a El Periódico que la situación está fuera de control, con incendios, robos, y choques entre policía, que está usando munición real, y manifestantes pro-Odinga. Los disparos en Kibera se pueden oir desde varios kilómetros de distancia y se podían ver helicópteros de la policía volando bajo sobre el barrio. Victor Amadala, un residente de Mathare, describió una situación similar en ese arrabal: "Hay casas ardiendo y gente atrapada", asegura este periodista keniano.

No obstante, la mayoría del país permanece en paz y celebra la victoria de Kenyatta, aunque el riesgo de una espiral de violencia tribalista similar a la sucedida en 2007 y 2008 es real.

Acuerdo de Gobierno

En 2007, el mismo Odinga (de la tribu lúo) perdió las elecciones entonces contra otro miembro de la tribu kikuyu como Uhuru Kenyatta, Mwai Kibaki, solo que entonces, a diferencia de esta vez, los observadores dijeron que había pruebas fehacientes de fraude electoral.

La Comisión Electoral declaró vencedor a Kibaki, que juró el cargo medio a escondidas, y se desató una oleada de violencia postelectoral que dejó unos 1.500 muertos y 600.000 desplazados en varios puntos del país y que se zanjó con una firma de un acuerdo para un Gobierno de unidad nacional en la que Kibaki era el presidente y Odinga, primer ministro (cargo creado ad hoc).