Trump amenaza con responder con "fuego y furia" a Corea del Norte

El presidente de EEUU advierte a Pionyang con un ataque "como nunca se ha visto en el mundo" tras los informes que indican que el régimen del país asiático ha fabricado una cabeza nuclear para sus misiles

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte sigue escalando, imparable, restando fuerza a una esperanza de solución diplomática al conflicto por el programa nuclear norcoreano y sus pruebas de misiles. Este martes el presidente estadounidense, Donald Trump, ha advertido al régimen de Pionyang para que detenga sus amenazas contra EEUU o, de lo contrario, enfrente como consecuencia acciones militares. “Será mejor para Corea del Norte no hacer más amenazas a EEUU”, ha dicho. “Serán respondidas con fuego y furia como el mundo nunca ha visto antes”.

Trump ha hecho las declaraciones a la prensa en su club de golf en Bedminster (Nueva Jersey) donde está pasando 17 días de “vacaciones de trabajo”. Y sus palabras, que ha pronunciado en respuesta a un periodista tras acabar una declaración sobre la crisis de opiáceos que asola a EEUU, han llegado unas horas después de que en Corea del Norte volviera a cuestionar la última ronda de sanciones de la ONU y a amenazar tanto a EEUU como a los aliados de Washington en la región con responder a esos castigos con “acción física”.

Manadas de lobos están atancando para estrangular a una nación”, rezaba el comunicado norcoreano distribuido por su agencia central de noticias. “Deben tener en cuenta que los pasos estratégicos acompañados por acción física se tomarán sin piedad con la movilización de toda su fuerza nacional”.

Sanciones

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el sábado, por unanimidad, imponer una nueva ronda de sanciones a Corea del Norte por sus pruebas de misiles y ensayos nucleares, que han despertado el temor de que Corea del Norte pueda ser capaz de alcanzar con su armamento el territorio continental de EEUU. Son pruebas que prosiguen con éxito, y este mismo martes ‘The Washington Post’ ha informado también de que, según un análisis confidencial de la inteligencia estadounidense, el régimen de Kim Jong Un ha producido con éxito una cabeza nuclear en miniatura que puede colocarse dentro de misiles.

Esas sanciones de la ONU provocaron la encendida denuncia verbal de Pionyang, que las definió como una “violenta violación de su soberanía nacional”, y aceleraron la espiral de amenazas retóricas, con el régimen de Kim Jong Un advirtiendo de que su venganza sería “mil veces mayor”. El comunicado de hoy, incluyendo la amenaza de acciones físicas, es el indicativo más fuerte según los observadores de que como en otras ocasiones en que se han impuesto sanciones podría responder con más pruebas.

Diplomacia debilitada

Con el duelo retórico recrudecido se debilitan las ya vagas esperanzas para una efectiva acción de la diplomacia, cuyas escasas posibilidades habían quedado claras este fin de semana en la cumbre regional de países del Sudeste Asiático (ASEAN), celebrada en Manila (Filipinas). Aunque ASEAN emitió una declaración pidiendo a Piongyang que acatara las resoluciones de la ONU, el canciller norcoreano, Ri Yong-ho, respondió defendiendo que su fuerza nuclear “es un recurso de disuasión de la guerra para prevenir un ataque atómico y una invasión militar de EEUU”.

Pionyang también rechazó las ofertas de Corea del Sur para dialogar, denunciando que a esa invitación “le falta sinceridad”. Y aunque el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, aplaudió el mero hecho de que las dos Coreas estén hablando (de retomar negociaciones en general y en particular de visitas de familiares separados por la guerra) su peso en la cuestión nuclear se debilita. Wang Yo informó de que había instado a su homólogo norcoreano a detener las pruebas nucleares, pero la instancia parece haber caído en saco roto.

Con su respuesta este martes, Trump echa también por tierra los esfuerzos de su secretario de Estado, Rex Tillerson, de rebajar las hostilidades bilaterales. El exconsejero de Exxon Mobil, que participa en la reunión de ASEAN, ha intentado rebajar las tensiones y alejar la posibilidad de un enfrentamiento militar, sugiriendo que no era inviable una reunión que evite esa guerra.