Crisis en el país caribeño

El chavismo se prepara para desalojar del Parlamento a la oposición

Tras la victoria de Maduro en las elecciones para la Asamblea Constituyentes, los nuevo legisladores ocuparán la Asamblea Nacional que los diputados de la oposición se niegan a abandonar

Pintada de Maduro Asesino en una calle de Caracas.

Pintada de Maduro Asesino en una calle de Caracas. / periodico

Abel Gilbert / Caracas

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La Asamblea Nacional (AN) se convertirá en las próximas horas en un centro vital en la disputa entre el chavismo y la oposición. Después de autoproclamarse ganador de las elecciones constituyentes, el presidente Nicolás Maduro ha dado las primeras señales: de un lado, el partido de Gobierno y Estado aspira a ocupar mañana la sede parlamentaria para convertirla en el espacio donde se reformará el orden jurídico  del país. Además, Maduro ha mencionado su intención de echar a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y levantar la inmunidad a los congresistas presuntamente implicados en episodios de violencia. “Convocamos al pueblo a asistir al Palacio Federal Legislativo el día que se pretenda imponer la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)”, ha dicho el diputado opositor Freddy Guevara, quien ha advertido que, aunque logren sacar a los legisladores de la sede, seguirán su lucha para resolver a su favor una disputa política que se profundiza a niveles peligrosos. La MUD no ha reconocido la validez de las elecciones. Las ha calificado de fraudulentas.

Todo el poder a la Asamblea

La ANC se transformará en una suerte de “superpoder”. Maduro ha dicho que se somete a su autoridad originaria, lo que ha sembrado sospechas. ¿Quién ejercerá en adelante el poder en Venezuela? ¿El presidente o la principal autoridad de la Asamblea Constituyente? ¿Será Diosdado Cabello, el vicepresidente del Partido Socialista Unido (PSVU), cuyo poder personal descansa en las Fuerzas Armadas? En medio de esta incertidumbre, Henrique Capriles, uno de los referentes de la MUD, ha hecho un llamamiento a todos aquellos que rechazan al Gobierno a no desanimarse por las últimas novedades políticas.  “Las razones para salir a la calle están intactas. Han quebrado el país, que no quiebren tu moral. ¿A quién le creerás, a ellos o a ti mismo? Si la mentira cala no avanzaremos en nuestro objetivo. Hay que evitar a toda costa el estallido social”, ha dicho.

Más críticas a las elecciones

 El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) ha cuestionado el resuiltado de las elecciones del domingo en las que el chavismo se adjudicó más de ocho millones de votos. “No podía terminar bien lo que tuvo un mal comienzo. La actuación del Consejo Nacional Electoral (CNE) mostró un inocultable sesgo político que profundiza la desconfianza que en esa institución tienen sectores crecientes del electorado”, ha dicho en un comunicado el OEV. Según afirma en el escrito,  “estimaciones hechas con procedimientos estadísticos sofisticados, la mayoría de las encuestadoras nacionales y la percepción que pudo tener cualquier ciudadano que hubiese visto distintos centros de votación, parecen coincidir en que las cifras presentadas la noche del domingo por el CNE son abultadas”.

 Maduro ha rechazado tajantemente esas críticas. “Tenemos un sistema electoral de los mejores del mundo” y ha recordado que las dificultades que se registraron durante los comicios tuvieron que ver con las agresiones a los lugares de votación. “Quemaron 181 máquinas, atacaron centros con balas y con molotovs”. Maduro se ha burlado a su vez de las sanciones impuestas en su contra por el Gobierno de Washington. “Se me sanciona porque convoco a un hecho electoral único en América Latina. Me siento orgulloso, mister emperador ¿Cómo se dice en inglés? Ah, I am so proud. Dale palante. No obedezco órdenes de un Gobierno extranjero”, ha dicho. Frente a la decisión de varios gobiernos de la región de no reconocer la validez de la ANC, Maduro ha advertido: “diez millones de venezolanos quieren paz, pero también están dispuestos a agarrar un fusil para liberar a América del Sur, si el momento lo amerita, que se entienda”.

El papel castrense

La historiadora Margarita López Maya, que alguna vez simpatizó con Hugo Chávez y el año pasado escribió “El ocaso del chavismo”, ha considerado que “la escasa participación de la población en las elecciones”, así como “los niveles de violencia”, que han dejado más de 120 muertos desde abril, y “el proceso fraudulento” llevado a cabo por el CNE, “son vistos por los militares y tendrán que evaluar hasta qué momento van a seguir apoyando a un Gobierno que es capaz de sacrificar a una nación entera para perpetuarse en el poder”.

Según López Maya, la sociedad debe “insistir y presionar a ese actor para que se ajuste a la Constitución”. Y el lugar de hacerlo es la calle. La escritora ha pedido a la oposición que proteja más a los hombres y mujeres que protestan. “Hay muchos grupos autónomos que están actuando por su cuenta en las calles, que no obedecen a nadie, sino a ellos mismos. Los partidos políticos, de alguna manera, se doblegan a la voluntad de esos grupos pequeños porque no tienen la capacidad de conducir y ejercer legítimamente la dirección política”.