Trump destituye al flamante director de comunicaciones de la Casa Blanca

El estilo castrense del nuevo jefe de gabinete de Donald Trump ha tardado solo unas horas en hacerse notar y dejarse sentir en una Casa Blanca demasiado asediada en los últimos días por la tormentosa sensación de caos. Este lunes, solo unas horas después de que el general John Kelly tomara posesión de ese importante cargo, se ha anunciado la fulminante salida de Anthony Scaramucci, el deslenguado financiero de Wall Street al que hacía solo 11 días el presidente había convertido en su director de comunicaciones.

No está claro si Scaramucci mantendrá algún cargo en el Ala Oeste, o incluso si aceptaría uno de perfil más bajo si se lo llegan a ofrecer, pero sí hay algo seguro. Kelly, nombrado tras la dimisión el pasado viernes de Reince Priebus (asaltado ferozmente por Scaramucci en una grosera entrevista con ‘The New Yorker’), ha logrado transmitir de forma alta y clara varios mensajes al personal: se impone la disciplina y es imperioso cambiar la cultura en la Casa Blanca.

Aunque el comunicado oficial de la Casa Blanca asegura que ha sido Scaramucci quien “ha sentido que era mejor que Kelly empezara de cero y con la capacidad de construir su propio equipo”, prácticamente nadie cree que su salida no haya sido obra del nuevo jefe de gabinete. Y es que, según han contado sus allegados a los medios estadounidenses, Kelly quedó horrorizado por las soeces palabras de Scaramucci, las consideró una aberración y una vergüenza y ha dado entender que no permitirá salidas de tono similares que reflejen negativamente en la presidencia.

Esa entrevista también ha hecho que se rompiera el romance de Trump con el tiburón de Wall Street. Aunque inicialmente pareció dar su aprobación a los exabruptos de Scaramucci, el fin de semana Trump no solo ha estado hablando con Kelly, sino que también ha estado escuchando críticas a la grosera entrevista de su hija Ivanka y de su yerno, Jared Kushner, aunque fueron precisamente los dos familiares que tienen cargos de asesores quienes le animaron a contratarle y orquestaron así el asalto contra la presencia en el Ala Oeste del ‘establishment’ que representaban Priebus y el portavoz Sean Spicer (que dimitió el mismo día en que se anunció el fichaje de Scaramucci).

“El presidente sin duda sintió que los comentarios de Anthony fueron inapropiados para una persona en esa posición”, ha explicado la portavoz, Sarah Huckabee Sanders, que ha afirmado también que el general Kelly tiene “autoridad completa para operar en la Casa Blanca y todo el personal le responde a él”. En un claro intento de presionar al predecesor de Kelly en el cargo, Trump había decidido que el director de comunicaciones no respondería ante Priebus, como es habitual, sino directamente ante él. Kelly recupera todo el mando.

Trump se muestra agotado de que su mandato siga lastrado por los serios problemas de imagen, por las filtraciones sobre las turbulencias en la Casa Blanca o por las exposiciones públicas de las guerras intestinas como la que realizó Scaramucci, y todo mientras suma fracasos legislativos y sigue asfixiado por la investigación del ‘Rusiagate’. De madrugada, horas antes de que se hiciera oficial el anuncio de la destitución del director de comunicaciones, tuiteó: “¡No hay caos en la Casa Blanca!”

Kelly quizá le ayude a no tener que gritar en la red social, aunque ese reto es posiblemente una de las más difíciles campañas para el general de cuatro estrellas. No solo tiene que lograr una tregua entre facciones como la de Ivanka y Kushner y la del estratega jefe, Steve Bannon, que representa a la derecha radical. Tiene que lidiar con un presidente embelesado por la autoridad militar pero poco dado a escuchar o acatar órdenes.