LA INTERFERENCIA DEL KREMLIN EN LAS ELECCIONES DE EEUU

La cadena RT y la agencia 'Spútnik', los arietes del Kremlin para denigrar a Clinton

Ambos medios han publicado noticias falsas sobre la candidata demócrata bajo las órdenes personales de Putin, según la inteligencia de EEUU

trump y putin en hamburgo

trump y putin en hamburgo / periodico

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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En octubre del pasado año, en la recta final de la campaña presidencial norteamericana, la agencia de noticias rusa Spútnik, financiada por el Gobierno ruso, publicó el contenido de un supuesto correo electrónico escrito por Sidney Blumenthal, un confidente de Hillary Clinton, obtenido a partir del pirateo al ordenador de John Podesta, el jefe de campaña de la aspirante demócrata. 

Su contenido, acerca del ataque contra el consulado estadounidense en Libia en el 2012 en el que murió el embajador norteamericano, Christopher Stevens, era muy dañino para la reputación de la rival de Donald Trump en la carrera hacia la Casa Blanca. Según informó en su página web la sección en lengua inglesa de la agencia, el amigo de Clinton explicaba lo siguiente: "El ataque se podía haber prevenido; Clinton era la responsable del Departamento de Estado; si el Partido Republicano quiere utlizarlo en su contra, es legítimo".

El contenido de la información no solo fue consumido durante unas horas por la audiencia de Spútnik en inglés, una agencia que cuenta con 200.000 seguidores en Twitter y en cuya página en Facebook más de un millón de fans han puesto un 'me gusta'. Fue utilizado teatralmente durante un mitin electoral por el presidente de EEUU, Donald Trump.  

UN MENSAJE FALSEADO

En realidad, no se trataban de las palabras del amigo íntimo de la candidata demócrata. Blumenthal simplemente había enviado por mail el contenido de un artículo escrito por un reportero de Newsweek, Kurt Eichenwald. Al darse cuenta de ello, el periodista autor, indignado, escribió un artículo titulado "señor Trump, yo no soy Sidney Blumenthal', que difundió en un acusatorio tuit hacia el Gobierno ruso.

Según han concluido las agencias de inteligencia norteamericanas, ha sido el propio presidente ruso, Vladímir Putin, quien ordenó personalmente a la cadena RT y a la agencia Spútnik lanzar una campaña de descrédito contra Clinton, después de recibir un informe de sus servicios secretos en el que se daba por hecho su victoria en las presidenciales.

El objetivo, según EEUU, era sembrar dudas sobre la legitimidad de la previsible victoria de Clinton, fomentando a su vez el descrédito hacia la democracia y hacia el sistema de alternancia en el poder. Tan segura estaba la cadena del triunfo demócrata -y tan preparado parecía estar su personal y su directiva para sembrar dudas acerca de los resultados electorales- que el 8 de noviembre, día de las elecciones, Margarita Simonyan, redactora jefe de RT, abrio la mañana un significativo tuit: 'Democracy R.I.P.   

En sus 12 años de trayectoria, la cadena RT acumula numerosos episodios polémicos. Es acusada frecuentemente de difundir noticias falsas, y ha sido objeto de denuncias por los entes reguladores de varios países. En julio del 2014, la reportera Sara Firth, basada en Londres, presentó su dimisión en protesta por la cobertura que la cadena hizo del derribo del avión de Malaysia Airlines en Ucrania en julio del 2015. "Es una desinformación obvia y llegó a un punto en el que no podía defenderla más", declaró entonces la periodista.  

En el 2012, la Oficina de Comunicaciones, más conocida como Ofcom, el ente regulador de los medios de comunicación en el Reino Unido, determinó que RT había vulnerado el código deontológico en una información sobre la guerra de Siria.

La financiación de RT corre fundamentalmente a cargo de las arcas estatales rusas. En el 2014, recibió poco más de 300 millones de dólares, aunque en el año siguiente, la cifra se redujo de forma significativa debido a la depreciación del rublo. Los sueldos varían mucho, pero en líneas generales, como mínimo son equiparables o incluso superiores a los de las grandes cadenas de televisión.   

Muchos observadores critican la ausencia de criterio y la cambiante línea editorial de la cadena, que se modula según el público antisistema al que va dirigido. Mientras en el canal en castellano se critica a la UE por no acoger a refugiados, su versión en inglés ejerce de altavoz de dirigentes ultraderechistas como Nigel Farage, con un mensaje xenófobo.  "Es muy interesante cómo están tratando el tema de los refugiados en el canal español y en el alemán", ha constatado Nicolas de Pedro, investigador principal del CIDOB.