Sergio Fajardo: "Que el acuerdo de paz se dé, pero para avanzar"

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Raquel Godos

Huye de la polarización que vive Colombia y plantea una apuesta política siendo "diferentes sin ser enemigos": el precandidato presidencial colombiano Sergio Fajardo no quiere que su país "se quede en el acuerdo de paz", sino que cierre esa capítulo de violencia "para avanzar, para construir".

De visita en Washington, donde en la Organización de Estados Americanos (OEA) ha dictado una clase de políticas públicas para jóvenes líderes latinoamericanos, Fajardo tiene claros cuáles son los principios por los que guiará su planteamiento de país: "cambiar la narrativa, apostar por la transparencia, acabar con los que hasta ahora han sido los personajes protagonistas".

"Nuestro proyecto político -asegura en entrevista con Efe- no es el acuerdo de paz, nuestro proyecto político es que el acuerdo de paz se dé, que cerremos esta página, pero para avanzar (...). Nosotros tenemos que cambiar de narrativa, tenemos que cambiar de protagonistas: guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, ilegales y corruptos, a otra página diferente en Colombia".

Fajardo, quien ya fuera candidato a la vicepresidencia por el Partido Verde en 2010 junto a Antanas Mockus, insiste en que su forma de hacer política no pasa por hacer de ella "un problema individual" ni "una agresión", sino "en saber tender puentes, en defender las ideas, y plantearlas y convertirlas en acción".

"Por eso, yo creo que la expresión independiente la encarnamos con creces nosotros, en todos los sentidos, entendiendo y tratando las diferencias, que yo creo que es lo que necesitamos en Colombia para romper la polarización", subraya.

No obstante, reconoce el momento de "fragilidad" por el que pasa el acuerdo tras la resolución del Tribunal Constitucional que otorga capacidad al Congreso de modificar lo ya firmado, una situación que, desde su identidad de profesor, cree que debe solucionarse con "pedagogía".

Fajardo reconoce un dilema: "Queremos la democracia, que haya separación de poderes, pero esa corte crea unas condiciones que ponen (el proceso de paz) en un terreno de fragilidad, de incertidumbre. Porque Colombia va permanentemente pasando de una incertidumbre a otra".

"Entonces estamos, a lo colombiano, en una incertidumbre muy grande, todo el mundo interpreta, no hay pedagogía para decirle a la gente qué se puede hacer o qué no se puede hacer", argumenta, al ser preguntado por las posibilidades de que las fuerzas a favor del proceso se unan para avanzar sobre él.

A su juicio hay un "vacío de liderazgo alrededor del proceso de paz" porque el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos no ha sido capaz de explicar con concreción a la ciudadanía lo que estaba en juego.

"Para entender qué es lo que está pasando, cómo pueden pasar las cosas y que no se creen esas incertidumbres que otros llenan con explicaciones, cuando el que conduce no explica otros le llenan esa incertidumbre y le dan otra respuesta. Ese es para mí un problema fundamental de Colombia", asegura, en alusión a la oposición de los acuerdos encabezada por el expresidente Álvaro Uribe.

Dice que su proyecto político, con 18 años de trayectoria, cumple este año la mayoría de edad, y quiere aprovechar "la confianza" sembrada en la ciudadanía de su éxito al frente de la alcaldía de Medellín como uno de sus principales valores.

"Hemos demostrado con acción lo que para muchas otras personas son las ideas de lo que debería ser el mundo. Ese es un recorrido, y nosotros en ese recorrido hemos construido la riqueza nuestra que se llama confianza", afirma.

Sin embargo, todo su proyecto se cimenta en "la oportunidad" que ahora tiene Colombia de dejar atrás una historia de violencia.

"Donde falle el acuerdo y empecemos, en lugar de escribir una página de la construcción, a escribir otra página de la violencia, sería el fracaso de nosotros como sociedad. Sería el fracaso monumental de todos nosotros", asegura.

El proyecto y la energía del país, explica, han estado centrados durante décadas en "enfrentar a los que destruyen", pero ahora, insiste, se abre una ventana para "cambiar de mentalidad: una oportunidad de construir".