La crisis política venezolana

Maduro se radicaliza y llama a una constituyente

Manifestantes chocan con las fuerzas de seguridad chavistas durante una marcha en Caracas, el 1 de mayo.

Manifestantes chocan con las fuerzas de seguridad chavistas durante una marcha en Caracas, el 1 de mayo. / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Asumo todas las consecuencias”, dijo Nicolás Maduro, decidido a radicalizar su Gobierno con la convocatoria a un “proceso popular constituyente para vencer el golpe (de Estado) y perfeccionar el sistema económico y social”. Maduro aprovechó la celebración del 1 de mayo y, ante la multitud reunida en la avenida Bolívar de Caracas, aseguró, en alusión al Congreso, dominado por la oposición, que “los poderes constituidos no podrán impedir las decisiones” de la futura asamblea constituyente.

El anuncio, de alguna manera esperado por la Mesa de Unidad Democrática (MUD), augura un mayor enfrentamiento entre las partes. “Frente al fraude que acaba de anunciar el dictador, ¡Pueblo a la calle y a desobedecer semejante locura!”, respondió desde twitter el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles.  “¡El dictador Maduro y su narco corrupta cúpula pretenden matar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela! ¡No podrán!”, aseguró. “Esta fue la constituyente que soñó (Hugo) Chávez”, dijo no ibstante el presidente, y llamó a sus seguidores para “tomar el poder total” de Venezuela. “Ha llegado el día hermano, no me fallen, no le fallemos a Chávez”. “Lo que presentó Maduro hoy es mucho peor a la denuncia que hicimos. Es Nicolás Maduro disolviendo la democracia y la República (...) Es una estafa para engañar al pueblo con un mecanismo que no busca otra cosa que agravar la crisis en Venezuela”, dijo el presidente del Congreso, Julio Borges. “Sabemos que tenemos muchos días en la calle, pero quiero decirles que la lucha apenas comienza por lograr el cambio definitivo con el voto. No podemos cansarnos, tenemos que seguir adelante mañana, tarde y noche. Llegó el momento de sacar la casta del pueblo venezolano”. Pocas horas antes, a pocos kilómetros, columnas de la MUD se habían enfrentado con la Guardia Nacional Bolivariana, durante su fallida marcha hacia la sede del Tribunal Supremo.

Para Maduro, la oposición es minoritaria y la responsable de la violencia en el país. El instrumento para frenarla, dijo, será “una constituyente comunal ciudadana, no de partidos y élites, comunal, campesina, una constituyente feminista, de la juventud, indígena, pero sobre todo, una constituyente profundamente obrera”.  Ese “nuevo ordenamiento jurídico”, sostuvo, solo es posible darlo fortaleciendo “la unión cívico militar” y con la Constitución en la mano. La llave para llamar a una asamblea, dijo, es el artículo 347 de la actual Carta Magna chavista. “Maduro no se va, ahí lo puso Chávez y ahí se quedará”, le gritaron. Envalentonado, recordó que “es atributo del presidente y el consejo de ministros llamar a asamblea constituyente”, argumento que la MUD rechaza de plano por considerar que en los hechos es un nuevo desconocimiento de las potestades de un Parlamento que eligió sus autoridades en las elecciones de diciembre del 2015.

Con sus anuncios, Maduro decidió responder a la ofensiva política que la oposición lanzó para forzar una salida electoral. Las columnas de la MUD  trataron de avanzar desde 25 puntos de Caracas, pero fueron frenadas por las fuerzas de seguridad. El diputado José Manuel Olivares fue herido en la cabeza por el impacto de una bomba lacrimógena. Su colega, Miguel Pizarro, instó a los manifestantes a no amedrentarse y seguir en las calles. “Tenemos que ser la gota que rompe la piedra con constancia. Esto se caerá como el Muro de Berlín”, los arengó.

A lo largo del mes de abril, fallecieron 29 personas y 500 resultaron heridas en las distintas protestas convocadas por la MUD. “Otra vez se repite la salvaje represión. Es nuestro derecho llegar al Tribunal Supremo”, dijo Capriles. “Esta es una mayoría completamente pacífica que defiende sus derechos. Pero aquí no hay nada que celebrar. Somos el país que peor paga a los trabajadores. Hay miles de razones para protestar”.

NUEVO AUMENTO SALARIAL

Horas antes de la celebración, Maduro anunció que el salario mínimo pasa desde este lunes de 40.638 bolívares (10 dólares en el mercado negro) a 65.021 (15 dólares), mientras que el bono de alimentación salta de 108.000 (unos 25 dólares) a 135.000 (132 dólares). De acuerdo con el presidente, este aumento, el número 37 desde 1999, es del  65%. “Con guarimba (mercado negro) o sin guarimba la revolución sigue”, dijo.

Durante su gestión, Maduro autorizó 15 subidas salariales, tres de ellos este año, que siempre están detrás de una inflación que este 2016 será, al concluir, del 700%. El economista Asdrubal Oliveros advirtió que los aumentos traerán más inflación, desempleo y presión en el tipo de cambio negro. “Sin devaluación, Maduro aumenta salarios y pensiones. ¿De dónde salen los bolívares? De la imprenta del Banco Central”.

EL DIÁLOGO IMPOSIBLE

El domingo Maduro había expreado su disposición a retomar el diálogo con la MUD “donde sea y como sea” para resolver la crisis política. El diálogo había sido patrocinado por el Vaticano con el respaldo de un grupo de exmandatarios, entre ellos el español José Luis Rodríguez Zapatero. En vísperas de los actos y manifestaciones, el Papa dijo que “la cosa no resultó” en relación a los intentos de mediar entre las partes. “No resultó porque las propuestas no eran aceptadas y sé que ahora están insistiendo (…) yo creo que tiene que ser con condiciones muy claras. Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, la misma oposición está dividida”, dijo el Pontífice.

No obstante, Francisco añadió que todo lo que se pueda hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias, “si no jugamos al tin tin pirulero, y no va la cosa”. La MUD solo se hizo eco de una parte del mensaje, el que habla de las “condiciones muy claras”. Para la coalición “no hay garantías” para volver a sentarse con representantes del Gobierno. Después del discurso del 1 de mayo, esa percepción se ha reforzado.