DEBATE SOBERANISTA EN EL REINO UNIDO

May acusa a los independentistas de Escocia de utilizar el 'brexit' como pretexto

El Gobierno británico no quiere comprometerse con el calendario del referéndum antes de finalizar las negociaciones con la UE

May pronuncia un discurso durante el congreso de primavera del Partido Conservador en Cardiff (Gales), el 17 de marzo.

May pronuncia un discurso durante el congreso de primavera del Partido Conservador en Cardiff (Gales), el 17 de marzo. / periodico

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Theresa May no quiere esbozar ningún calendario para un segundo referéndum de independencia en Escocia antes de que finalicen las negociaciones del ‘brexit’. La primera ministra británica denunció el viernes la búsqueda “obsesiva” de independencia por parte del Gobierno que dirige Nicola Sturgeon. “Está claro que usar el ‘brexit’ como pretexto para propulsar un segundo referéndum de independencia ha sido el único objetivo de los diputados del SNP (Partido Nacional Escocés) desde el pasado mes de junio”, declaró May en la conferencia de primavera que celebran los conservadores en Gales. “Pero eso sería malo para Escocia, malo para el Reino Unido y malo para todos nosotros”, añadió.

May no se atreve a rechazar de plano la celebración de la consulta, porque sabe que podría ser contraproducente, pero insiste en que la mayoría de los escoceses no la desean. “El hecho de que más votantes escoceses apoyaran la permanencia de Escocia en el Reino Unido en [el referéndum de] el 2014 que los que respaldaron la permanencia en la UE en el 2016, y que casi medio millón de independentistas secundaran el ‘brexit’ el año pasado, no parecer contar para nada”, señaló. Ante las difíciles negociaciones del ‘brexit’ que se avecinan, May pidió unidad para lograr un “acuerdo adecuado" que “solo podemos conseguir si estamos unidos, como un solo Reino Unido. Todos esforzándonos para lograr el mejor resultado”.

DESEO DEMOCRÁTICO

Para Sturgeon, lo que está haciendo la primera ministra es “oponerse al democrático deseo del Parlamento escocés, y esa es una posición insostenible”. La ministra principal asiste en Aberdeen a la conferencia de primavera del SNP. El número dos del partido, Angus Robertson, acusó a May de arrogancia. “Que no haya ninguna duda”, afirmó ante los delegados, “Escocia tendrá su referéndum y sus habitantes podrán elegir. Nadie les negará el derecho a manifestarse. El referéndum tendrá lugar en Escocia y ningún primer ministro del Reino Unido debería atreverse a obstaculizar el camino de la democracia escocesa”.

La consulta es arriesgada para Sturgeon, que debe atraer votantes más allá de la militancia independentista si quiere ganar el referéndum, al que se oponen, por considerarlo prematuro, dos tercios de los votantes. A eso hay que añadir una minoría no desdeñable de proindependentistas contrarios a la permanencia en Europa. Se prevé que el Parlamento autónomo otorgue la próxima semana a Sturgeon la autorización para solicitar al Gobierno de Westminster la cesión de competencias, de forma que el legislativo de Edimburgo pueda convocar el referéndum.