crisis en la derecha francesa

Fillon intenta salvar su candidatura con una manifestación multitudinaria

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EVA CANTÓN / PARÍS

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Las próximas horas serán cruciales para el candidato de la derecha francesa a las elecciones presidenciales. El futuro de François Fillon depende cada vez más de su propia familia política que de los electores que le votaron en masa en las primarias del pasado mes de noviembre.

A unos y a otros se dirigió Fillon este domingo desde la plaza de Trocadero de París, escenario de una manifestación de apoyo a un candidato debilitado por una futura imputación judicial y abandonado por al menos 250 diputados y numerosos colaboradores.

Con la Torre Eiffel al fondo, rodeado de banderas tricolores y soportando el viento y la lluvia como si fueran una metáfora del temporal que sacude al partido ‘Los Republicanos’, Fillon reiteró que fue un “error” haber contratado a su mujer como asistente parlamentaria

“Más allá de las traiciones y del calendario judicial, yo tengo la culpa de que el proyecto que represento se encuentre con tantos obstáculos”, ha señalado. Admitió haber hecho examen de conciencia e invitó a sus compañeros de partido a imitarle.

“Yo he tenido mi examen de conciencia y no le deseo a nadie hacerlo en semejantes condiciones. Os toca ahora vosotros hacer la vuestra”, ha proclamado ante unas 40.000 personas, lejos de las 200.000 de las que hablaban los organizadores.

Combativo, pero más moderado que cuando este miércoles lanzó un ataque feroz a los jueces que le han citado para imputarle por un posible delito de malversación de fondos, Fillon no ha repetido en Trocadero el mantra de mantendrá su candidatura contra viento y marea.

Sin embargo, al ser preguntado horas más tarde en France 2 si se retiraría de la carrera al Elíseo respondió: “No”. “Mi decisión se apoya en una manifestación popular que todos pensaban que sería un fracaso” ha explicado. “Nadie puede impedirme hoy ser candidato”, ha agregado.

Fillon ha defendido ante sus seguidores su programa electoral y en la entrevista en France 2 ha reiterado que se cree el mejor situado para ganar las elecciones de próximo mes de  mayo, a pesar de su caída en los sondeos, que le sitúan tercero, por detrás del ex ministro de Economia, Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen.

SU RELEVO, EN MARCHA

Con su pulso de este domingo, Fillon pretende demostrar que cuenta con el apoyo del pueblo y presionar a quienes preparan su relevo y esperan su luz verde para organizar una salida honrosa.

“¿Pondríais los intereses de las diferentes facciones y de vuestra carrera por encima de un proyecto adoptado por varios millones de electores?”, les dijo a sus propios compañeros de partido.

Aunque criticó a quienes “abandonan el barco” reconoció que debe tener en cuenta sus argumentos. “Debo escuchar a la masa que me empuja hacia adelante, pero también a los que dudan y abandonan el barco. Su responsabilidad es inmensa y la mía también”.

Menos agresivo, Fillon deja una puerta abierta al diálogo tras haber jugado todas las bazas: la de los electores que le dieron la victoria en las primarias, la de sus abogados, que han recorrido diferentes medios para defender su inocencia, y la de su propia esposa, Penelope, que por primera vez rompe su silencio en una entrevista concedida al Journal de Dimanche.

“Le he dicho que tiene que ir hasta el final. Se lo digo todos los días. Es él quién decidirá”, indica la mujer del candidato, que insiste en haber trabajado realmente para su marido como asistente parlamentaria, negando que se trate, como sospecha la justicia, de un empleo falso.

MENSAJE A JUPPÉ

Mientras Fillon se agarra al clavo ardiendo de una convocatoria de aires populistas, Los Republicanos han adelantado a este lunes su comité político para analizar la situación, una reunión a la que acudirá el propio Fillon, según ha anunciado él mismo. “No estoy cerrado. No soy autista”, ha dicho para mostrar su voluntad de diálogo con los barones del partido.

La presión sobre el candidato es enorme. Este viernes, el ex presidente Nicolas Sarkozy le pidió recapacitar y Alain Juppé, ex primer ministro, alcalde de Burdeos y perdedor de las primarias frente a Fillon que se perfila como plan B, ha hablado con Sarkozy para estudiar las posibles salidas a la crisis. Fillon les ha enviado un mensaje: “Si los electores hubieran querido a Juppé como candidato habrían votado por él en las primarias”.