NUEVOS TIEMPOS EN LA CASA BLANCA

La sombra de Rusia vuelve a rondar a Trump

Manifestantes piden la dimisión de Sessions frente a la sede de Justicia, en Washington

Manifestantes piden la dimisión de Sessions frente a la sede de Justicia, en Washington / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Jeff Sessions, antiguo senador y desde hace 22 días fiscal general (ministro de Justicia) de Donald Trump, ha anunciado este jueves que se inhibe de cualquier investigación "en marcha o futura" que Justicia realice sobre la última campaña electoral de Estados Unidos, salpicada por las sospechas de que miembros del equipo de la de Trump estuvieron en contacto con altos representantes del Gobierno ruso mientras Moscú, según considera probado la inteligencia estadounidense, interfería en el proceso electoral. El anuncio ha llegado unas horas después de que 'The Washington Post' revelara el miércoles por la noche que Sessions mantuvo al menos dos encuentros, en julio y septiembre del año pasado, con el embajador de Rusia en EEUU, Sergei Kislyak. El 10 de enero, durante sus vistas de confirmación ante el Comité Judicial del Senado, Sessions había afirmado categóricamente: "No tuve comunicaciones con los rusos".

"No creo que deba tener un papel en la investigación de una campaña en la que tenía un papel", ha dicho en rueda de prensa el fiscal general, que asegura que la decisión la ha tomado tras escuchar a los asesores éticos del Departamento, que le recomendaban inhibirse. Y aunque Sessions ha tratado de subrayar que su reunión con esos asesores estaba prevista de antemano para este jueves, resulta cuando menos llamativo que haya tomado la decisión menos de 24 horas después de que 'The Washington Post' publicara su exclusiva. 

LA CRISIS RUSA PERSISTE

Poco antes del anuncio de Sessions, el presidente Trump había mostrado en unas declaraciones a periodistas durante su visita al portaviones 'USS Gerald Ford' su "absoluta confianza" en el fiscal general, que fue uno de los primeros senadores en dar públicamente respaldo a su campaña y en varias ocasiones actuó como representante de esta. El presidente ha dicho también que no pensaba que Sessions debiera inhibirse.  

Pero el anuncio de inhibición ha llegado y con él Sessions y la Administración logran de momento contener el incendio que había vuelto a avivarse, pero están muy lejos de poder darlo por controlado. La "crisis rusa" ya forzó la dimisión del primer asesor de Seguridad Nacional, el general Michael Flynn, tras saberse que mantuvo durante la transición contactos con Kislyak, con quien discutió las sanciones impuestas por Barack Obama por la ciberintrusión, y que mintió sobre ello. Hay abiertas varias investigaciones en comités del Congreso. Y aunque Trump personalmente ha negado tener conocimiento de contactos de miembros de su equipo o de su círculo cercano con representantes de Moscú, cada vez hay más pruebas de ellos. De momento, que se sepa, los de Flynn y Sessions, pero según ha publicado este jueves 'USA Today' al menos otros dos miembros del equipo de seguridad nacional de Trump cuando era candidato, J. D. Gordon y Carter Page, también se vieron con el embajador de Moscú.

LOS ENCUENTROS CON KISLYAK

Una de las reuniones de Sessions con Kislyak se produjo en julio en una conferencia en los márgenes de la convención republicana en la que participaron 50 embajadores; la otra, en septiembre en su despacho del Senado, donde formaba parte del Comité de Servicios Armados. Se desconoce de qué se habló en esos encuentros y Sessions ha insistido en que no hubo conversaciones sobre la campaña. "A la mayoría de estos embajadores les gusta bastante el cotilleo y estábamos en temporada de campaña, pero no recuerdo conversaciones políticas específicas", ha dicho en la rueda de prensa sobre el encuentro de septiembre. Ha explicado también que tenía recuerdos vagos de la charla pero ha asegurado que las cosas se pusieron algo tensas después de que el diplomático ruso, al que ha definido como "muy del viejo estilo soviético", negara ninguna mala actuación de Rusia en Ucrania y atribuyera la situación en el país "a todos los demás" menos Moscú.

Sessions insiste en que cuando negó contactos en su vista de confirmación no mintió y dio una respuesta "honesta y correcta", porque se refería a que no habló de la campaña. Y aunque pocos, incluso en el Partido Demócrata, se han atrevido a usar el término “perjurio” para definir lo que hizo, sí lo ha empleado la líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi, quIen como su homólogo en el Senado, Chuck Schumer, ha pedido la dimisión del fiscal general. 

Se han renovado también las peticiones de los demócratas de que sea un comité especial independiente, y no ninguno de los tradicionales del Congreso, el que investigue la injerencia rusa, y los republicanos, que hasta ahora han frenado ese camino, pierden argumentos para seguir haciéndolo.

Se intensifica también la batalla política en Capitol Hill. Adam Schiff, el máximo representante demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara baja, ha acusado este jueves al FBI de no darles toda la información sobre la investigación rusa incluso cuando sus comunicaciones son clasificadas.