Irlanda del Norte vota en unas elecciones marcadas por el 'brexit' y la crisis política

La tensión entre los unionistas del DUP y el Sinn Fein puede mantener a la región autónoma sin Gobierno

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BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Sólo diez meses después de elegir a los miembros de la Asamblea Autonómica en Belfast, los noirlandeses vuelven este jueves a las urnas. Unas elecciones forzadas por la ruptura de la coalición de Gobierno y marcadas por las consecuencias del ‘brexit’.  La crisis entre el Partido Unionista Democrático (DUP) y el Sinn Féin es la peor vivida desde los acuerdos de paz de 1998, que obligan a las dos formaciones a compartir el poder. No se descarta que, sea cual sea el resultado de los comicios, el gobierno británico deba asumir temporalmente el control de la provincia.

Las tensas relaciones entre unionistas y repúblicanos estallaron a principios de enero cuando el viceprimer ministro y figura histórica del Sinn Féin, Martin McGuinnes, dimitió del cargo. Su marcha arrastró automáticamente al cese de la ministra principal y líder del DUP, Arlene Foster. Los republicanos se niegan a volver a compartir el Gobierno autónomo con Foster, a la que acusan de haber organizado un programa fraudulento de subvenciones para potenciar las energías renovables. La factura para los contribuyentes ha sido de centenares de millones de libras. El escándalo del ‘cash for ashes’ (‘dinero por cenizas’), rompió el pacto. Foster no tiene intención de dimitir, lo que puede conducir a meses sin gobierno en la autonomía. Durante ese tiempo el ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, sería el encargado de administrar la provincia, con los tiempos del conflicto armado.

DEBUT DE O'NEILL

Las elecciones son el debut de Michelle O’Neill, de 40 años, hija de un preso del IRA, que ha sustituido a McGuinnes, como líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte. O’Neill encarna el relevo generacional en la cúpula del partido republicano. Forma parte de los militantes que crecieron con el proceso de paz y tienen las manos limpias de sangre. La recién designada se ha puesto como objetivo superar el 27% logrado en mayo del año pasado por McGuinnes, al que la mala salud ha apartado definitivamente de la política.

Los sondeos hablan de una nueva victoria de DUP, aunque el resultado puede ser muy ajustado. La asignación de los 90 escaños de la Asamblea está en manos del más de un millón de norirlandeses con derecho a voto. En mayo del 2016, el DUP logró el 30% de votos y el UUP (Partido Unionista del Ulster). un 13%, el Partido Socialdemócrata Laborista 14%, el Partido de la Alianza, 7%.

VUELVE LA FRONTERA

A la crisis política hay que sumar el factor ‘brexit’. En el referéndum el 56% de los norirlandeses votó a favor de permanecer en la Unión Europea. Ahora la salida de la UE, que está gestionando Theresa May, puede conducir al retorno de una frontera visible y con controles con la República de Irlanda. Tal posibilidad sería un insulto para los nacionalistas y puede debilitar tanto el comercio en la isla, como los acuerdos de paz. Los agricultores norirlandeses también dependen enormemente de los fondos de la política agrícola común, que ahora promete pagar el gobierno británico. El Sinn Féin espera rentabilizar el descontento de los votantes con la línea de ‘brexit’ a cualquier precio adoptada por May.