LAS RELACIONES RUSIA-EEUU

El Kremlin quita hierro a la dimisión de Flynn y la considera un asunto interno

Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional de Trump.

Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional de Trump. / CK

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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En su primera reacción tras conocerse la dimisión de Michael Flynn, exconsejero de seguridad nacional del presidente Donald Trump, debido a sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, el Kremlin ha querido minimizar el incidente, y lo ha calificado un "asunto interno" de EEUU. "Esto es todo lo que tenemos que decir", ha puntualizado el portavoz presidencial, Dmitry Peskov.

Horas antes de pronunciar estas palabras, el mismo Peskov había salido a la palestra para echar un cable a un Flynn en apuros y desmentir que durante sus entrevistas con el máximo representante diplomático de Moscú en Washington, Serguéi Kislyak, ambos interlocutores hubieran abordado el controvertido tema de las sanciones estadounidenses a Rusia cuando aún existía otra Administración al frente de EEUU.

La entrevista que ha forzado la renuncia del alto funcionario se produjo después de que Obama, en la recta final de su mandato, anunciara nuevas medidas punitivas contra el Kremlin como represalia por la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales estadounidenses, e incluían la expulsión de 35 diplomáticos rusos. De forma sorpresiva, y contrariamente a la práctica habitual, Putin declinó responder a Washington entonces con medidas similares contra diplomáticos estadounidenses.        

COMENTARISTA EN RT

Michael Flynn es un personaje muy conocido en los medios estatales rusos. En diciembre del 2015, la televisión gubernamental RT, celebró su 10º aniversario con un gran banquete en Moscú, al que acudieron alrededor de dos centenares de personas, incluyendo corresponsales, colaboradores, personalidades artísticas afines a Moscú y el propio presidente Vladímir Putin. Como comentarista habitual de la cadena desde el 2014, el teniente coronel Michael Flynn asistió al acto, sentándose en la misma mesa que el líder del Kremlin.

Posteriormente, cuando ha sido preguntado por aquel evento, Flynn ha querido restar importancia a su coincidencia con el presidente ruso, con quien, según sus palabras, solo intercambió saludos protocolarios y algunas impresiones que le permitieron conocer mejor a Rusia. "Fue una gran oportunidad para aprender; una de las cosas que aprendí es que Putin no respeta al liderazgo de los EEUU", declaró en agosto pasado, en referencia al presidente Barack Obama, en una entrevista con 'The Washington Post'.

Flynn había comenzado a aparecer con cierta regularidad en las emisiones de RT después de que fuera relevado de su puesto de director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) por el presidente Barack Obama, en el 2014. Una de las principales razones de su despido por el antecesor de Trump radicaba en la política de Washington respecto a Siria. Flynn defendía consolidar una alianza con el régimen de Bashar el Asad en contra de Estado Islámico, pese a las acusaciones de atrocidades cometidas por Damasco y sus aliados.

CRÍTICAS A OBAMA

El argumento de sus intervenciones televisivas era similar. EEUU debía aproximarse al Kremlin en su combate contra Estado Islámico, organización a la que consideraba el enemigo común, y Obama estaba actuando en contra de los intereses de su país al negarse a ello. Llegó a acusar públicamente a Washington de fomentar deliberadamente la formación de milicias extremistas en Siria, un análisis que encaja con la narrativa del conflicto que difunde Moscú a través de los medios que controla.

La prensa gubernamental rusa acogió en noviembre con indisimulada euforia el nombramiento de Flynn como consejero de seguridad, un puesto que le concedía un importante acceso al presidente Trump, similar a la de un secretario (ministro), sin la obligación de superar una audiencia de confirmación en el Senado. "El exdirector del DIA ha sido criticado en algunos círculos estadounidenses por su negativa a tomar posiciones antirusas", escribió entonces la agencia Spútnik.