Sarkozy será juzgado por la presunta financiación ilegal de su campaña del 2012

Nicolas Sarkozy

Nicolas Sarkozy / JNA/SAA/chm

EVA CANTÓN/PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Retirado de la vida pública tras su derrota en las primarias que su partido político organizó el pasado noviembre, Nicolas Sarkozy podría convertirse en el segundo ex presidente francés que comparece ante la justicia bajo la V República. El primero fue Jacques Chirac, condenado en el 2011 a dos años de cárcel exentos de cumplimiento por haber desviado fondos públicos a través de un sistema de empleos ficticios cuando fue alcalde de París.

Chirac no llegó a sentarse en el banquillo de los acusados por su delicado estado de salud, pero si el recurso presentado por el abogado de Sarkozy no prospera, el ex presidente, de 62 años, deberá explicar ante el tribunal correccional por qué superó con creces el límite legal del gasto permitido (22,5 millones de euros) en la campaña de las presidenciales del 2012 que perdió frente al socialista François Hollande. 

El fabuloso despliegue de medios en sus actos públicos y la infinidad de reuniones que se sumaban a los mítines gigantescos organizados por la filial de una empresa llamada Bygmalion elevó la factura hasta los 42,8 millones de euros. Serge Tournaire, juez instructor de la sección financiera, firmó el pasado 3 de febrero la orden para que Sarkozy comparezca en el llamado ‘caso Bygmalion’, un entramado de facturas falsas destinado a camuflar un gasto electoral excesivo. La justicia investiga el asunto desde el 2014.

El objetivo del partido conservador, la UMP hoy rebautizada como Los Republicanos, era burlar la ley para que Sarkozy recuperara el retraso que mostraban los sondeos respecto a su rival socialista. Entre enero y mayo del 2012, el ex presidente celebró 44 mítines y se gastó 20 millones más de lo permitido.  El  juez instructor entiende que Sarkozy tenía que “conocer, respetar y aplicar” el dispositivo legal de financiación de campañas y cree poco verosímil, como sostiene el ex presidente, que no estuviera al corriente de la trama destinada a financiarle bajo cuerda.

“Nicolas Sarkozy se ha beneficiado incontestablemente de los fraudes descubiertos por la investigación, que le han permitido disponer, durante su campaña del 2012, de medios muy superiores a los que la ley autorizaba”, informa ‘Le Monde’ citando los escritos del juez instructor.

En cualquier caso, la investigación no ha demostrado que la orden de crear este entramado de falsas facturas la diera Sarkozy y por eso no está imputado por los delitos de falsedad, estafa y abuso de confianza, como el resto de los 13 procesados (miembros de la antigua UMP, directivos de Bygmalion, contables y responsables del equipo de campaña) que se sentarán con él en el banquillo. Sarkozy está acusado de financiación irregular, un delito castigado con un año de cárcel.

FINANCIACIÓN LIBIA

El periplo judicial de Sarkozy no se terminará con el caso Bygmalion. Se espera que los jueces le convoquen también en el marco de la investigación sobre la supuesta financiación por parte del régimen libio de Muamar el Gadafi de la campaña electoral  que le llevó al poder en el 2007 al vencer a la candidata socialista Ségolène Royal.

La convocatoria de Sarkozy se produce cuando todavía colea el escándalo del candidato conservador a las presidenciales, François Fillon, por haber contratado a su mujer como asistente parlamentaria. Aunque pidió disculpas a los franceses, seis de cada cuatro no se dan por satisfechos con las explicaciones dadas por Fillon este lunes para justificar el sueldo de su esposa Penélope, que siempre se ha presentado como ama de casa.