El FMI y los escándalos financieros y sexuales de sus últimos directores gerentes

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) no es un organismo que disfrute de buena prensa en los países en vías de desarrollo, ahogados por una deuda que no pueden pagar y sujetos a condiciones draconianas para poder acceder a nuevos préstamos.

Pero si el 'modus operandis' de este organismo financiero internacional ha sido a lo largo de los años el centro de la crítica, en las últimas décadas la polémica se ha concentrado en sus más recientes directores gerentes, todos envueltos en escándalos. Es el caso de Rodrigo Rato, Dominique Strauss-Kahn y ahora, Christine Lagarde.

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RODRIGO RATO

El que fuera ministro “estrella” de Economía de la era Aznar asumió el cargo de director gerente del FMI en el 2004 y la abandonó por iniciativa propia –dijo que por motivos personales- en el 2007, justo antes del estallido de la crisis económica, que ni siquiera fue capaz de prever, lo que le valió fuertes críticas a posteriori, entre ellas la del 'The New York Times'. Después, un pletórico Rato se hizo con la dirección de Caja Madrid, impulsó la macrofusión con otras entidades, formó Bankia y la sacó a bolsa –la imagen de un Rato sonriendo tocando la campanita del parquet si hizo muy popular- hasta que la arrastró finalmente a la quiebra. Desde entonces, Rato vive acosado por los tribunales y su prestigio, no solo en España sino también en el resto del mundo, ha caído bajo mínimos. El  exvicepresidente del Gobierno debe responder por cinco delitos fiscales, por un delito de corrupción entre particulares y otro de blanqueo de capitales.

DOMINIQUE STRAUSS-KAHN

Cuando asumió la dirección del FMI en el 2007, Strauss-Kahn, era uno de esos dirigentes socialistas franceses mejor situados y con fuertes aspiraciones de llegar algún día al Elíseo como presidente de Francia. Entonces tenía buena prensa. Pero en mayo del 2011 presentó su dimisión después de que fuera acusado de haber violado a una trabajadora del hotel donde se había hospedado en Nueva York. Strauss-Kahn fue esposado y llevado a una comisaría de policía, una imagen que dañó enormemente su reputación. Finalmente fue puesto en libertad y el caso, tras abrirse un juicio, se cerró con el pago de una indemnización a la víctima. Un año más tarde, el que fuera ministro de Economía y Finanzas entre 1997 y 1999 en el gobierno del exprimer ministro socialista Lionel Jospin fue detenido en la ciudad francesa de Lille y acusado por  un presunto caso de proxenetismo, del que fue absuelto por falta de pruebas. Después tuvo que responder a un caso de presunta estafa y abuso de bienes societarios de un fondo de inversión.