Elecciones presidenciales

La extrema derecha, al asalto de la presidencia de Austria

Norbert Hofer aspira a convertirse en el primer jefe de Estado ultraderechista de la UE

Propaganda electoral en Austria. A la izquierda Van der Bellen y a la derecha Hofer.

Propaganda electoral en Austria. A la izquierda Van der Bellen y a la derecha Hofer. / periodico

CARLES PLANAS BOU / VIENA (ENVIADO ESPECIAL)

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Austria celebra este domingo una jornada electoral agónica en la que los ciudadanos decidirán si entregan la presidencia del país al candidato populista y xenófobo Norbert Hofer. Tras su impugnación de la derrota sufrida en mayo ante el ecologista Alexander Van der Bellen, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) parte como favorito y amenaza con conseguir la primera victoria presidencial de la extrema derecha en Occidente desde el final de la segunda guerra mundial. El país transalpino se convierte así en el último laboratorio del ultranacionalismo de corte racista y autoritario que crece en Europa.

Ambos candidatos superaron la primera ronda electoral, celebrada el 24 de abril, y apartaron, por primera vez en la historia, a conservadores y socialdemócratas de la pelea por la cúpula del Estado. Un mes más tarde el voto por correo inclinaba la balanza por la mínima a favor de Van der Bellen, por un ajustado 50,3% de los votos frente al 49,7% de su contrincante.

EL PEGAMENTO DE LOS SOBRES

Pero la victoria les duró poco a Los Verdes (Die Grünen). El 2 de julio, el Tribunal Constitucional anuló los resultados de la segunda ronda electoral por supuestas irregularidades, dejando tocados a Van der Bellen y a la credibilidad del Gobierno austríaco y reforzando al FPÖ. La repetición se fijó para el 2 de octubre, pero un bochornoso fallo técnico con el pegamento de los sobres forzó la prórroga hasta este domingo, punto final de una odisea electoral que ha dañado la imagen internacional de Austria.

De esta manera tan kafkiana, las elecciones presidenciales, tradicionalmente en segundo plano –dadas las escasas atribuciones de la presidencia–, han acabado poniendo sobre la mesa los problemas políticos y sociales del país. Y tras la victoria del 'brexit' en el Reino Unido y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la atención se fija más que nunca en el avance del populismo xenófobo en Europa. Höfer ya ha señalado que apoyará un referéndum sobre la permanencia en la UE.

LA ULTRADERECHA CONTRA EL 'ESTABLISHMENT'

El FPÖ se ha alzado como alternativa real a los partidos tradicionales. Pero, a diferencia de otras formaciones emergentes, su éxito tiene unas fuertes raíces históricas y va mucho más allá del llamado fenómeno Trump. Con su beligerante campaña presidencial, la formación populista y xenófoba, fundada en 1956, ha hecho su mayor exhibición de músculo político desde 1999, cuando, bajo el liderazgo del controvertido Jörg Haider, quedó segunda en las elecciones legislativas y formó una coalición de gobierno con los democristianos, posteriormente denunciada y boicoteada por la UE. “Haider hizo que la ultraderecha fuese socialmente aceptable en Austria”, cuenta la politóloga de la Universidad de Viena Karin Liebhart. Tras una larga y profunda crisis, el FPÖ ha vuelto a encontrar su guía en Heinz-Christian Strache, con quien "se ha llegado a un racismo más explícito y sin complejos”, apunta Liebhart. 

Por otro lado, se ha evidenciado el malestar con la clase política hegemónica. El mensaje en contra del establishment ha calado hondo y ha dado alas a un FPÖ que, según los sondeos, sería el partido más votado para formar gobierno si hubiese elecciones. Austria es el sexto país de Europa con un mayor nivel de PIB por cápita y tiene una tasa de desempleo de solo el 5,7% pero eso no ha evitado una polarización que ha forzado a Viena a dar un giro a la derecha.

La aceptación social de una ideología que en otros países es condenada al ostracismo fue la primera victoria de esta formación ultra. El domingo puede consumar su primer gran asalto al poder.