La presidenta surcoreana ofrece al fin su dimisión por el escándalo de la 'rasputina'

La presidenta surcoreana pone su cargo a disposición del Parlamento

La presidenta surcoreana pone su cargo a disposición del Parlamento / JHK MS CMM

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La realidad ha vencido finalmente al disparatado apego de Park Geun-hye al sillón presidencial surcoreano. Park ha ofrecido su dimisión esta mañana y encargado al Parlamento que apruebe la hoja de ruta de la transición para evitar el vacío de poder. Su rendición permitirá recobrar cierta normalidad  a un país descompuesto por un escándalo sin precedentes.

El cuadro se le ha hecho insoportable a Park. Su índice de aceptación popular está hundido en el 4 %, centenares de miles de ciudadanos desafiaron dos días atrás las temperaturas heladoras de Seúl para exigir su marcha, la oposición cocina ya su 'impeachment' y su partido le aconseja una honrosa renuncia.

“Dejaré los asuntos de mi destino, incluyendo el recorte de mi presidencia, en manos de la Asamblea Nacional”, ha dicho Park.  “Si el partido del Gobierno y la oposición discuten y aprueban un plan para reducir la confusión en los asuntos nacionales y asegurar una transferencia segura de poder, renunciaré al cargo presidencial”, ha desvelado en su tercera intervención televisada desde que el escándalo de tráfico de influencias estallara semanas atrás. En las anteriores había alternado disculpas con promesas de continuar.

EVITAR EL 'IMPEACHMENT'

Su rendición tampoco ha contentado a la oposición, que ve en la oferta un artero plan para evitar el inminente 'impeachment'. “Está pasándole la pelota al Parlamento cuando podría simplemente dimitir. Le está pidiendo al Parlamento que elija una fecha porque sabe que eso provocará discusiones y retrasará el proceso”, ha señalado Park Kwang-on, del Partido Democrático. El proceso de 'impeachment' será debatido este viernes en el Parlamento y los dos partidos de la oposición han pedido un fiscal especial para investigar las acusaciones sobre la presidenta.

PRIMERA DIMISIÓN DESDE 1960

Por dimisión o 'impeachment', la certeza es que Park enfila la salida. Sería la primera vez que un líder surcoreano dimitiera desde que Syngman Rhee huyó a Hawai tras una protesta popular en 1960. Ningún presidente ha fallado a su mandato desde la instauración de la democracia en 1987 a pesar de los abundantes escándalos de corrupción. Pero el actual desborda todo lo visto.

El centro lo ocupa Choi Soon-sil, hija del turbio líder de una secta e íntima amiga de Park. Choi, sin cargo ni oficina, está acusada de intervenir en asuntos nacionales y de presionar a empresas para que donaran decenas de millones de dólares a dos fondos financieros. Las revelaciones diarias de la prensa descubren un sistema podrido hasta el tuétano. Los tentáculos de Choi alcanzaron a las grandes multinacionales como Samsung o Hyundai, al Fondo de Pensiones Estatal o a los más célebres deportistas. Park, acusada de complicidad en la urdimbre, aceptó en un principio ser interrogada por la Fiscalía y después se desdijo.

El escándalo añade capítulos diarios y ha sumido al Gobierno en la inacción, preocupado apenas por achicar agua. La población ocupa las calles los sábados para pedir su dimisión. En la del pasado fin de semana se juntaron millón y medio de ciudadanos, según los organizadores, o 300.000, según la policía.

Park, de 64 años, fue la primera mujer en ocupar la presidencia en un país machista. Es hija de Park Chung-hee, el controvertido dictador que durante dos décadas manejó el timón nacional. La aún presidenta ejerció de primera dama después de que su madre fuera asesinada. Cinco años después también fue asesinado su padre. En aquellos tiempos en que la joven Park estaba devastada nació la relación con Choi y su padre que la empuja hoy hacia la dimisión.