Trump refuerza la línea dura con tres nombramientos

Michael Flynn a su llegada el miércoles a la torre Trump en Nueva york.

Michael Flynn a su llegada el miércoles a la torre Trump en Nueva york. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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El Gabinete de Donald Trump empieza a cobrar forma y sus elegidos o nominados confirman ya que el presidente electo de Estados Unidos no solo premia la lealtad, sino también que quiere a su alrededor a quienes comparten y defienden sus propuestas más duras y radicales. Tras el anuncio el fin de semana de la selección de Reince Priebus como jefe de Gabinete y el más polémico del ultra Steve Bannon como principal estratega en la Casa Blanca, este viernes han llegado los anuncios de fiscal general (el senador Jeff Sessions), director de la CIA (el congresista Mike Pompeo) y asesor de seguridad nacional (el general Michael Flynn). Y los tres ratifican la apuesta de Trump por la línea dura.

Sessions, que tiene 69 años y en 1986 fue rechazado para el puesto de juez federal de distrito al que le nominó Ronald Reagan por una serie de comentarios racistas, ha sido senador desde 1996. Fue el primero de los miembros de esa Cámara que dio su apoyo público a Trump y se ha volcado en la campaña, repitiendo un discurso extremo contra inmigrantes y musulmanes y contra el presidente Barack Obama, al que ha acusado de tener tendencias dictatoriales (“Nos hemos quedado sentados y permitido que un presidente con un boli” dirija el país", llegó a decir).

En el mismo Congreso que ahora debe confirmar su nominación, Sessions ha dejado muestra de sus posiciones. Votó, por ejemplo, para bloquear la reforma de las leyes de inmigración. Se ha opuesto a iniciativas para la reforma del sistema de justicia penal, un esfuerzo que contaba con apoyo bipartidista y que puede sufrir un serio retroceso con él al frente del Departamento de Justicia. También se opuso al fin de la política de "no preguntes, no digas", que impedía a los homosexuales servir abiertamente en las Fuerzas Armadas, y a que se reforzara la prohibición de la tortura. Y ha apoyado el recorte de fondos federales para las clínicas de salud de Planned Parenthood.

Eso y su historial de comentarios racistas y críticas a grupos como la Unión Americana de Libertades Civiles o la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color hacen que su nominación sea vista por algunos, como la propia NAACP, como "profundamente problemática". “Si tienes nostalgia de los días en que los negros se quedaban callados, los gais estaban en el armario, los inmigrantes eran invisibles y las mujeres se quedaban en la cocina, el senador Sessions es tu hombre”, ha dicho, por ejemplo, el congresista demócrata Luis Gutierrez.

FLYNN, ISLAMÓFOBO

No menos conflictiva es la selección del general Flynn como Asesor de Seguridad Nacional, un puesto que no necesita confirmación del Congreso. El militar retirado de 57 años, registrado como demócrata, dirigió la Agencia de Inteligencia de Defensa para Obama, pero fue retirado en 2014 tras menos de dos años en el cargo por sus diferencias con la Administración y por su estilo de mando. Y desde entonces se ha convertido en un crítico feroz.

El foco de Flynn, que creó una empresa que entre otras cosas ha hecho lobi para el Gobierno turco y que ha viajado a Rusia invitado por una televisión financiada por el Kremlin, ha sido la denuncia del islamismo radical como una “amenaza existencial” para EEUU, un mensaje que ha encontrado oído y réplica en Trump, para quien Flynn ha sido una de las más potentes influencias.

Su relación gaseosa con la verdad también se parece a la del presidente electo, así como la demonización de los musulmanes. Flynn llegó a decir, por ejemplo, que “el Islam es una ideología política que se esconde tras la noción de que es una religión” y aseguró que es "como un cáncer maligno" que ha alcanzado la “metastasis”.

POMPEO, AZOTE DE CLINTON POR BENGASI

Mike Pompeo, el elegido para dirigir la CIA, llegó a la Cámara baja en 2010 en la primera ola de poder del Tea Party y es un cercano aliado de Mike Pence, el poderoso vicepresidente de Trump y jefe de la transición. Muy cercano a los hermanos Koch, los magnates petroleros que financian causas conservadoras pero que se han mantenido a distancia de Trump, ha sido muy crítico con el acuerdo con Irán, que ha prometido deshacer, y también con el programa secreto de la agencia para entrenar y armas a rebeldes moderados en Siria, lo que podría apuntar a un fin de ese programa si el Congreso le confirma. Desde su puesto en el Comité de Inteligencia de la Cámara baja fue el más agresivo contra Hillary Clinton por el ataque al consulado de Bengasi. Ha pedido que Edward Snowden se enfrente a la pena de muerte por sus filtraciones.