El movimiento de protesta contra Trump se organiza

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IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Para cualquiera acostumbrado a las grandes manifestaciones en España, en Europa o en Latinoamérica, las protestas que desde el martes por la noche se han vivido en distintas ciudades de Estados Unidos contra la elección de Donald Trump como presidente parecerían asuntos nimios, al menos en cuanto a participación se refiere, con grupos de unos pocos miles de personas o, en algunos casos, de unos cientos. No lo son. Es la primera vez en décadas que los estadounidenses se lanzan espontáneamente a las calles y los campus universitarios de EEUU para rechazar el dictado de las urnas en unos comicios presidenciales. Y se está gestando una respuesta más organizada de protesta en paralelo a estas primeras manifestaciones, que van de costa a costa y han sido predominantemente pacíficas pese al estallido de alguna revuelta violenta, como una impulsada por grupos anarquistas el jueves en Portland (Oregón).

Movimientos como Black Lives Matter, que en los últimos dos años ha dominado la organización social de protesta en EEUU, se están tomando tiempo para decidir las formas más efectivas de resistencia a una presidencia de Trump, pero otros grupos y coaliciones ya están en marcha. Su objetivo principal, por ahora, está puesto en manifestarse el día 20 de enero en Washington, fecha y lugar en que Trump debe jurar su cargo. También se está organizando una protesta para el día siguiente, bautizada como "la marcha del millón de mujeres", evocando el nombre de la manifestación convocada en 1995 por la Nación del Islam que reunió en la capital a entre 400.000 y más de un millón de hombres negros. Y antes aún, este fin de semana, se esperan manifestaciones más numerosas que las de los tres primeros días en lugares como Nueva York, donde 12.000 personas han confirmado ya en Facebook su asistencia este sábado a una manifestación titulada "no mi presidente", uno de los gritos que más se ha escuchado desde la madrugada del miércoles.  

LOS PRIMEROS TUITS DE TRUMP

La muestra pública de rechazo a un presidente electo es tan inusual como el elegido en esta ocasión, un empresario sin experiencia política que en las últimas horas ha vuelto a demostrar su escasa preparación para el cargo. El jueves, en su cuarto tuit después de ser elegido, Trump se quejó de las protestas, diciendo que se trataba de algo "muy injusto" y asegurando sin ninguna prueba que se trataba de "manifestantes profesionales, incitados por los medios". Quizá alguien le recordó que existe la libertad de expresión o le hizo ver que no era un tuit muy presidencial y ocho horas después colgó otro mensaje diciendo adorar que "pequeños grupos de manifestantes tengan pasión por nuestro gran país".

En 2012 el propio Trump llamó a los estadounidenses a salir a las calles. Creyó que Mitt Romney había ganado entonces el voto popular, un dato que luego se probó erróneo, pero algo que sí ha logrado Hillary Clinton. Entonces, en una serie de tuits, el empresario dijo que "el colegio electoral es un desastre para la democracia", aseguró que "deberíamos protestar en Washington y detener esta farsa" y, en un mensaje que ha sido borrado de su cuenta, escribió también: "más votos equivalen a una derrota... revolución". Lo único que podría retuitear ahora de entonces es algo más que escribió: "nuestra nación está totalmente dividida".