Los negocios de Trump abren la puerta a multitud de conflictos de interés
Nunca antes un presidente tuvo intereses empresariales en tantos países y sectores
Ricardo Mir de Francia
Periodista
Especialista en política internacional y reportero. Fue corresponsal en Washington durante una década, donde cubrió las presidencias de Obama, Trump y los inicios de Biden. Antes estuvo otros seis años en Oriente Medio. Licenciado en Periodismo por la Pompeu Fabra y con estudios de posgrado en Derecho Internacional, se ocupa actualmente de la guerra en Ucrania. Interesado también en temas de investigación, geopolítica de la energía, cambio climático y economía.
RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON
Estados Unidos ha estado gobernado por numerosos millonarios a lo largo de su historia, pero ninguno tenía semejante entramado de intereses empresariales como Donald Trump.Donald Trump El magnate debe grandes cantidades de dinero a bancos extranjeros, está asociado con inversores cercanos a gobiernos con los que Estados Unidos compite y tiene negocios en una larga lista de países, algunos de ellos paraísos fiscales. Toda esa maraña de relaciones financieras abre la puerta a un sinfín de potenciales conflictos de interés. Las políticas de EEUU podrían estar en venta y, hasta el momento, el futuro presidente republicano no ha mostrado ninguna intención de deshacerse de sus activos o blindarlos de tal forma que no puedan influenciar sus decisiones.
Las leyes para prevenir los conflictos de interés de los funcionarios públicos no afectan al presidente, que ni siguiera está obligado a ser completamente transparente respecto a sus finanzas. Durante la campaña, Trump presentó 104 páginas de documentación referente a sus intereses financieros. Le asocian con más de 500 entidades con nombres como China Trademark LLT y DT Marks Qatar, según publica Reuters, pero la documentación no aporta detalles del dinero invertido o la identidad de sus asociados. Mucho más se podría conocer si el constructor y empresario de los casinos hiciera públicas sus declaraciones de impuestos, pero es el único presidente desde Nixon que se ha negado hacerlo.
En las últimas décadas, la mayoría de presidentes han puesto sus activos en un fondo ciego, un fondo que administra un asesor independiente sin que su propietario pueda terciar en las decisiones o sepa lo que está haciendo. Pero Trump ni siquiera se lo plantea. Durante la campaña ha dicho que pretende dejar a sus hijos al mando de la Trump Organization. “Ivanka, Eric y Don están aquí sentados. Gestionar la compañía, chicos. Pasadlo bien. Yo voy a hacerlo para América”, dijo en uno de los debates de las primarias.
EXPANDIR EL IMPERIO
Sus hijos quieren seguir expandiendo el imperio del plutócrata que ha conquistado la presidencia presentándose como el héroe de los desheredados. “Las oportunidades para crecer son infinitas”, dijo Donald Trump Jr. en 2013, citando diversos negocios potenciales en Rusia, Ucrania, Vietnam, Tailandia o Argentina. “Si su hija o su cuñado se presentan en una capital extranjera para explorar un negocio en nombre de la empresa Trump, ese Gobierno va a pensar que está haciendo negocios con el presidente de EEUU”, le ha dicho a NPR, Trevor Potter, el exdirector de la Comisión Federal Electoral.
Dicho de otro modo, cualquier Gobierno que quiera influenciar las políticas del presidente Trump podría llegar a acuerdos con su empresa, dándole ventajas fiscales, subvenciones o acceso a propiedades codiciadas. Las compañías del magnate deben además cientos de millones de dólares a bancos como el Deutsche Bank o el Banco de China, entidades que están sujetas a las regulaciones estadounidenses. ¿Qué hará Trump, les va a apretar las tuercas sabiendo que estaría poniendo en peligro su imperio familiar?
Durante la campaña, Trump tampoco se comprometió a restringir el poder de los lobis y los intereses especiales en Washington. “Vamos a drenar el pantano”, fue uno de sus eslóganes. Pero está haciendo todo lo contrario. Entre el equipo de asesores que ha designado para pilotar la transición que le llevará a la presidencia, hay varios lobistas y conocidos asesores de grandes empresas.
DESMANTELAR LA REFORMA FINANCIERA
Gente como Michael Catanzaro, un lobista para compañías gasísticas y petroleras, al que ha encargado que diseñe sus políticas en materia de “Independencia energética”. También está Michael Torrey, otro lobista para la industria agroalimentaria, que formará el equipo al frente del Departamento de Agricultura. Algunos sectores ya se están frotando las manos. Según publica el 'The Wall Street Journal', el equipo de transición de Trump ha prometido desmantelar Dodd-Frank, la reforma financiera aprobada en 2010 para endurecer la regulación de bancos y aseguradoras e impedir que desaten una nueva crisis.
Eso ha hecho que las acciones de los bancos se hayan revalorizado significativamente esta semana. La perspectiva de acabar con Dodd-Frank hace salivar a los republicanos y sus amigos de la gran empresa. “Es música para mis oídos”, ha dicho el jefe republicano del Comité de Servicios Financieros de la Cámara baja, Jeb Hensarling. Su nombre suena como uno de los futuribles a dirigir la secretaría del Tesoro.
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