Europa encaja la victoria con extremada prudencia

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y la responsable de política Exterior de la UE Federica Mogherini.

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y la responsable de política Exterior de la UE Federica Mogherini. / periodico

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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Las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos una vez que Donald Trump acceda a la presidencia de la primera potencia del mundo probablemente no serán las mismas. Pero tras un primer momento de sorpresa e incredulidad los dirigentes europeos han optado por responder a la victoria del magnate estadounidense con resignación y prudencia. “Europa es un socio fiable y lo seguirá siendo y esperamos lo mismo de Estados Unidos y su presidente”, ha recordado el presidente de la UE, Donald Tusk, que ya ha invitado al futuro inquilino de la Casa Blanca a una cumbre en Europa en cuanto sea posible.

“Es más importante que nunca reforzar las relaciones trasatlánticas” porque solo así, sostiene en la misiva de felicitación remitida conjuntamente con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, podrán hacer frente a desafíos como los que plantea el Estado Islámico, las amenazas a la soberanía de Ucrania, el cambio climático o la inmigración. “Los europeos confiamos en que América, cuyos ideales democráticos siempre han sido un faro de esperanza, continuará invirtiendo en sus alianzas con sus amigos y aliados", señalan.

Palabras destinadas a evitar la confrontación directa con quien sustituirá a Barack Obama el próximo 20 de enero. Pero a nadie en Europa se le escapan las promesas de campaña del republicano y sus salidas de tono. Terminar con las negociaciones del tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos (TTIP en inglés) o condicionar su apoyo en la Alianza Atlántica a un aumento del gasto en defensa de los gobiernos europeos entre otras. Declaraciones que en los últimos meses han generado polémica y que llevaron al presidente galo, François Hollande a declarar que “sus excesos terminan dando un sentimiento de náusea” y al presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, a calificar al candidato Trump como “un problema” no solo para la UE sino para el mundo entero.

Las cosas desde entonces han cambiado. El magnate ya no es solo candidato sino presidente electo aupado al olimpo de la política de su país y la consigna es tender puentes. “Será sin duda más difícil, más que con la administración anterior, pero es el presidente electo”, ha valorado Schulz destacando la “inequívoca” victoria. "Ha logrado convertirse en el abanderado de la angustia y el temor de millones de estadounidenses(...) El papel de Trump en la diplomacia y la toma de decisión se pondrá a prueba desde el primer día y requerirá de una combinación adecuada de responsabilidad, moderación y liderazgo", avisa.

TEMOR A LOS POPULISTAS EN EUROPA

Detrás de los titubeos europeos se esconde un profundo temor a que la victoria de Trump termine inspirando a los populistas en el viejo continente y sea la antesala de lo que puede ocurrir en Europa en apenas unas semanas y meses cuando países como ItaliaAustriaFranciaHolanda o Alemania acudan a las urnas. Y de hecho los primeros políticos en felicitar con euforia al republicano han sido precisamente la ultraderechista gala Marine Le Pen, su aliado holandés Geert Wilders o el antieuropeo británico Nigel Farage entre otros.

“Los acontecimientos de los últimos meses y días deben considerarse como una señal de alerta para todos los que creen en la democracia liberal”, ha valorado Tusk recordando a Trump que ningún país puede ser grande si está aislado. Prueba de que la preocupación en la Unión Europea es muy real es que la alta representante para la política exterior, Federica Mogherini, no ha tardado en convocar una reunión extraordinaria para evaluar el impacto y discutir el futuro de las relaciones. Será una cena de trabajo a nivel de ministros de exteriores de la UE este próximo domingo en Bruselas.