EL PERFIL

Rosario Murillo, omnipresente y poderosa en Nicaragua

La esposa del reelecto Daniel Ortega ocupará la vicepresidencia tras ejercer en los últimos años una gran influencia política en país

Todopoderosos 8Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.

Todopoderosos 8Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.

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La vida personal y política del reelecto presidente  presidentede Nicaragua, Daniel Ortegaestá estrechamente ligada Rosario Murillo, su esposa, que ha concurrido a estas elecciones como aspirante a la vicepresidencia del país centroamericano.

La influencia de Murillo, de 65 años de edad, ha ido en aumento a lo largo de los años y no se ha limitado a tener un papel menor de primera dama, sino más bien todo lo contrario. Madre de 10 hijos, poetisa, dicen que más bien excéntrica en el vestir -su color preferido es el fucsia- y a la que se le atribuyen aficiones esotéricas, Murillo no es una novata en el mundo de la política.

Ya en los años 70 militó en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) -es una pariente lejana del héroe nacional Augusto César Sandino- en plena dictadura de Anastasio Somoza. En 1977 se exilio a Costa Rica, donde conoció a Ortega. Luego regresó a su país tras el triunfo de la revolución en 1979.

En los 80 aprovechó para irse a estudiar a Europa, donde aprendió el inglés y el francés. Su presencia e influencia en las decisiones políticas empezó, sobre todo, a partir del 2006, año en que los sandinistas regresaron al poder tras permanecer 16 años en la oposicíón. Desde entonces, Ortega es el presidente de Nicaragua y la figura de Murillo se ha hecho omnipresente.

SUCESIÓN HEREDITARIA

Murillo ha sido diputada y también fue ministra de Cultura y ha actuado también como portavoz de su marido. "A lo largo de los últimos años ha reemplazado en numerosas ocasiones las funciones del jefe del Estado", afirma a la agencia AFP Verónica Rueda Estrada, una polítóloga mexicana experta en Nicaragua.

Sus detractores le acusan de ser autoritaria -ha reprendido en público a ministros siendo la primera dama- y de prepararse para ser la sucesora de su marido en la presidencia, presentándose a las próximas elecciones, en una suerte de sucesión dinástica. A la pareja presidencial se le acusa de nepotismo y se la compara con el tándem de Frank y Claire de la serie televisiva 'House of Cards'.