SEÍSMOS EN LOS APENINOS

Los terremotos de Italia resquebrajan también la economía

Jamones al descubierto en una empresa afectada por los terremotos en la localidad italiana de Norcia.

Jamones al descubierto en una empresa afectada por los terremotos en la localidad italiana de Norcia. / periodico

IRENE SAVIO / SPOLETO

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Dos turistas de Filadelfia (EEUU) vagan cerca del teatro romano, en un costado de la plaza de la Libertad. Son los únicos. Es 1 de noviembre, día de Todos los Santos en fin de semana largo, pero a media mañana no hay más viajeros a la vista. Ni ahí, ni en la habitualmente concurrida vía Mazzini, también en el casco histórico de Spoleto, a poco más de una hora de coche del área más afectada por los terremotos terremotos que han sacudido los Apeninos centrales de Italia en los últimos días. Los seísmos que azotaron Umbría y Las Marcas han dejado su rastro incluso en las regiones cercanas, como la Toscana, donde está Spoleto. 

“¿Cuántos clientes dormirán en nuestro hotel esta noche? ¡Cero!”, se queja Fabio, el recepcionista del Hotel Charleston. “Esto es mucho peor que en 1997 (cuando en la zona se produjo otro terremoto de 6.1 grados de la escala Richter). Si sigue así, pronto cerraremos”, afirma Marcello, titular de un quiosco de revistas. “Desde la primera sacudida de agosto perdimos más del 60% de los clientes”, asevera Giuseppe Bini, quien regenta junto a dos jóvenes la taberna Prosciutteria del Corso.  

LA PROFECÍA DE SAN PONCIANO

En una zona donde las grandes industrias cerraron hace años y el turismo es —junto con la ganadería y la agricultura— uno de los principales recursos de la población, no falta también quien intenta matizar la situación y no alimentar los miedos que han ahuyentado a muchos foráneos. “¿Que si tengo miedo? Será que nosotros ya nos hemos acostumbrado. Por debajo de 5 grados ya ni lo sentimos”, se ríe Fabio, el conserje. “Ahí está la profecía de San Ponciano, nuestro patrón, quien aseveró que Spoleto temblará, pero no se caerá”, afirma otro vecino, en referencia a este mártir cristiano degollado — según cuenta la leyenda— en el 175 dC, año del primer terremoto del que se tiene conocimiento en la zona.

Aunque, como en tantas otras crisis, se ha desatado la guerra de cifras para saber qué daños económicos implicará la serie de terremotos que está azotando la Italia central, lo cierto es que sí se sabe que no son leves. En la práctica totalidad de los pueblos afectados, además de los daños a las casas y edificios públicos, también las actividades económicas se han interrumpido o continúan pero no a pleno ritmo. 

ESTABLOS PREFABRICADOS

Y, para los locales, no es poco lo que está en juego. En Tolentino, por ejemplo, el sector avícola factura anualmente 1.600 millones de euros. En Castelluccio, se cultivan 1.600 millones de kilos de lentejas al año, las más famosas de Italia. En Norcia, cuyo centro histórico es hoy todo ‘zona roja’, se producen 800.000 jamones al año. Un testimonio de la devastación que ha golpeado esta industria es, en efecto, la fábrica Renzini de Norcia, que se ha venido abajo casi completamente. 

Empresarios y residentes ya han levantado la voz, pidiendo ayuda al Gobierno de Matteo Renzi, que el domingo destinó otros 40 millones de euros a atender la llamada emergencia inmediata. Algo que ha incluido las tiendas de campaña para los que se han obstinado en permanecer cerca de los sitios afectados, así como los 'kits'  (alimentos, ropa interior, biberones, cepillos de dientes) que se han entregado a los desplazados hacia otras localidades. Este miércoles, también se han empezado a armar los primeros establos prefabricados.

MÁS DÉFICIT PÚBLICO

Para ello, el Parlamento italiano ya ha autorizado que se alcance el 2,4% de déficit (ahora Italia está en el 2,3%), es decir, 1.600 millones de euros más de lo previsto en los presupuestos antes de los seísmos. Y Renzi le ha dicho a Bruselas que, de ser necesario, no respetará el pacto de estabilidad, es decir, las reglas de disciplina presupuestaria europeas que imponen límites al déficit público y a la deuda de los países de la eurozona. 

No obstante, el total de los fondos necesarios para primero atajar las emergencias y luego reconstruirlo todo —puentes, casas, fábricas, establos, iglesias, carreteras— todavía no se conoce con certeza, al tiempo que los centros de investigaciones sismológicas han alertado de que no se descartan más sacudidas sísmicas de importancia, entre los 6 y 7 grados de magnitud de la escala Richter. Eso sí, no se sabe cuándo. El último terremoto que alcanzó esa potencia ocurrió en Messina (Sicilia) y fue en 1908, recalcaba Antonio Piersanti, del Centro de Sismología de Italia. Otros expertos han dicho que las réplicas durarán mucho, quizá también un año.