DRAMA HUMANITARIO

El 2016 ya es el año con más muertes de inmigrantes en el Mediterráneo

Una lancha irlandesa al rescate de una barca repleta de migrantes, a 36 millas al nordeste de Trípoli (Libia), el 21 de octubre.

Una lancha irlandesa al rescate de una barca repleta de migrantes, a 36 millas al nordeste de Trípoli (Libia), el 21 de octubre. / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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“Nunca hubo tantos muertos en el Mediterráneo” como en este año, ha declarado este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en referencia a las 3.740 personas que perecieron en el intento de llegar a Europa, la mayoría en la ruta entre Libia Italia. Los difuntos se añaden a los llegaron con vida a Italia, que ya suman 153.450, cifra que supera la de cuantos llegaron en el 2014 y el 2015. De estos, 22.000 son menores, de los que 20.000 han llegado solos, sin padres ni familiares o amigos. “Son cifras pavorosas”, dice el ACNUR.

Sobre los muertos durante la travesía del Mediterráneo, la agencia de la ONU informa de que, mientras que en el 2016 los desembarcos han permanecido igual o han disminuido según las fronteras, se han producido más defunciones, casi 600 más que el año pasado. El ACNUR no analiza las causas, pero tanto Frontex, la agencia europea de fronteras, como las autoridades italianas han constatado que la travesía desde Egipto Grecia y desde Libia hacia el canal de Sicilia se realiza con barcas y botes neumáticos más viejos o con pateras nuevas pero más precarias. Las últimas embarcaciones interceptadas se fabricaron en China, y los motores en Catar, pero resisten una navegación de pocas millas marinas, lo que provoca más hundimientos y muertos.

El portavoz del ACNUR, William Spindler, ha explicado este martes que han detectado otro cambio en las operaciones dirigidas por los traficantes de personas, que consiste en enviar “varias embarcaciones repletas al mismo tiempo, con los que las tareas de rescate se complican mucho más” y se producen más muertes.

HUNDIMIENTOS NO REGISTRADOS

Según el ACNUR, mientras que en el 2015 moría una persona de cada 269 que intentaban la aventura, en el 2016 se ha registrado hasta ahora un muerto por cada 88 embarcados, es decir, tres veces más. Sin tener en cuenta que, según la agencia de la ONU y la Guardia Costera italiana, se producen hundimientos o caídas de las pateras que no son registrados, por lo que la cifra de 3.740 fallecidos es, en realidad, superior.

“Solos no lo vamos a lograr”, lamentan en el Ministerio del Interior italiano, frente a un país que ha alcanzado el tope de las acogidas y en el que las alarmas y las protestas empiezan a cundir en todas partes. Por ley, son los municipios quienes deben hacerse cargo de los solicitantes de asilo por el tiempo que duren los expedientes. Para ello, reciben 500 euros por persona que acojan, que no deben usar obligatoriamente solo para hospedarles (el coste de la acogida por persona es unos 30-35 euros por día) sino también, como forma de incentivo, para mejoras en el municipio. Se han adherido al plan nacional a favor de los refugiados unos 2.605 municipios de 20 regiones.

FONDOS PARA REPATRIACIÓN

Los costes de la inmigración no recaen solo sobre Italia, sino que la UE ha entregado al país 22 millones desde el 2014 y entregará otros 600 hasta el 2020. “Con este dinero Italia debe poner en marcha urgentemente un amplio programa de repatriación y aumentar su capacidad de conseguir la readmisión [de los emigrados] en países terceros”, ha dicho Dimitris Avramopoulos, comisario para migraciones de la UE. En este sentido, Italia ya está financiando en Etiopía el mayor campo de refugiados en suelo africano, con casi un millón de personas. La UE, a través de varios programas y fondos, ha destinado 8.000 millones a África, que se están concentrando en siete países considerados claves en las migraciones que llegan a Europa.

Más allá de la propaganda política, el número en aumento de los migrantes resulta objetivamente imposible de atender para Italia, donde según Interior “no son suficientes ni tan solo los cuarteles” abandonados que han sido acondicionados para acoger a refugiados. “Estamos saturados, las otras regiones deben respetar sus cuotas”, ha pedido oficialmente Matteo Biffoni, presidente de la región de la Toscana (Florencia).

COMPROMISO INCUMPLIDO

Frente a los oídos sordos de los países de la UE sobre los refugiados, que se habían comprometido a aceptar cada uno una cuota y no lo han hecho, el primer ministro Matteo Renzi está forzando ahora la mano con Bruselas y ha contabilizado el gasto destinado a los inmigrantes en el 2,3% de déficit previsto en los presupuestos para el 2017. “Cada año ingresamos a Europa 20.000 millones de euros y recibimos solo 12.000. Me he cansado y a Europa iremos con la cabeza alta”, ha dicho Renzi.  

Stephane Jaquemet, delegado del ACNUR, ha dicho este martes en Florencia que Italia "está ahora más sola que antes, porque Europa da un paso adelante y otro atrás, no toma decisiones, está paralizada, por lo que se necesita un salto de orgullo y de humanidad”. Según Jaquemet, las políticas para los solicitantes de asilo sufren carencias y deberían simplificarse los sistemas para los reagrupamientos familiares y la burocracia para visados de trabajo y estudios. Mientras, según el último informe anual de la fundación Leo Moressa, las empresas creadas por los emigrantes en Italia han aportado 127.000 millones al PIB nacional y 11.000 millones a la seguridad social, equivalentes a casi la facturación de FIAT y a 640.000 pensiones de los italianos.