El repicar de campanas, símbolo de los avances contra el Estado Islámico

Militares iraquís suben a campanarios de las iglesias de las zonas reconquistadas en la ofensiva de Mosul

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Desde el inicio de la ofensiva para retomar Mosul, tanto el Gobierno como el Ejército de Irak se han esforzado por lanzar la imagen de que luchan por un Irak alejado del sectarismo y donde se respeten los derechos de sunís, chiís, cristianos, yazidis y shabaks.

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Es por eso que uno de los eslóganes de la ofensiva era: "Las campanas de las iglesias volverán a sonar". Se referían así al hecho de que, desde que Mosul y sus alrededores fueran conquistados por el EI en el verano del 2014, la minoría cristiana que residía en ese territorio hubo de huir. Las iglesias fueron cerradas y algunas de ellas, destruidas. Las campanas, que durante siglos habían sonado cada domingo, callaron de repente.

Ahora, conforme la ofensiva del Ejército iraquí y los peshmergas kurdos avanza, los soldados abren las iglesias y vuelven a hacer sonar las campanas. Ese tañido se ha convertido en el símbolo del avance contra los yihadistas.

Precisamente, la conquista de la localidad de Bartella, un enclave estratégico en al ruta hacia Mosul y hogar hasta el 2014 de una numerosa comunidad cristiana asiria, fue certificada por un grupo de militares iraquís que subieron al campanario y anunciaron su victoria haciendo sonar las campanas. En las redes sociales circularon vídeos y fotos de las iglesias reabiertas. En una de ellas, un sacerdote besa a un militar.

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El eco de esos avances llegó a Bagdad donde, este fin de semana, los fieles cantaron el himno de Irak. La música la pusieron las campanas del templo.

Otro de los símbolos de los cristianos es la 'N'. La letra es la primera de la palabra 'nasrani' (cristiano, en árabe) y, en el 2014, los yihadistas la pintaban en la puertas de las casas de los miembros de esa comunidad para indicar que podía ser saqueada. Ahora, los cristianos escriben la 'N' pero como primera letra de 'Nabqi' ('nos quedamos'). 

Sobre el terreno, la ofensiva, que ha entrado ya en su segunda semana, sigue avanzando pese a encontrar una resistencia yihadista cada vez mayor. Este lunes las fuerzas iraquíes y las kurdas "peshmergas" se situaron a tan sólo cinco kilómetros al norte de Mosul, según informó a Efe el portavoz de la Comandancia de las Operaciones Conjuntas, el general de brigada Yehia Rasul.

Rasul explicó que las tropas gubernamentales alcanzaron este emplazamiento tras hacerse con el control de un almacén de petróleo en la comarca de Telkief. Este es el punto más cercano a la ciudad de Mosul al que han llegado las fuerzas conjuntas, pero en el frente meridional todavía se encuentran a 50 kilómetros de la urbe, capital de la provincia septentrional de Nínive.

PODEROSO CONTRATAQUE

El EI, por su parte, intenta lanzar acciones armadas para frenar la ofensiva. Este lunes, los yihadistas lanzaron un ataque por tres frentes contra la líneas kurdas en la comarca de Sinyar, 120 kilómetros al oeste del Mosul.

Prueba de la ferocidad de la resistencia yihadista fue el ataque que desde el viernes hasta este lunes tuvo en jaque la ciudad de Kirkuk. Ayer, las autoridades locales informaron de que la acción del Estado Islámico, en que participó un numeroso comando formado por 74 yihadistas, se había dado por acabada tras abatir a todos los atacantes. El asalto provocó la muerte al menos a 99 civiles y miembros de las fuerzas de seguridad.