LA MAYORÍA POR LA GUERRA O LA VIOLENCIA EXTREMA

Unos 50 millones de niños han abandonado sus hogares por razones de fuerza mayor

Un refugiado sirio explica cuentos a sus hijos antes de dormir, en un centro de acogida en Prenzlauer Berg (Alemania).

Un refugiado sirio explica cuentos a sus hijos antes de dormir, en un centro de acogida en Prenzlauer Berg (Alemania). / LK MAG

MARC MARGINEDAS / BARCELONA

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Son datos que invitan a la reflexión. Alrededor de 50 millones de menores de todo el mundo han abandonado sus hogares por razones de fuerza mayor. Más de la mitad de esta cifra, cerca de 28 millones, están huyendo de situaciones de violencia extrema guerra abierta. En las actualidad, uno de cada 200 niños y uno de cada tres menores que reside fuera de su país es un refugiado. Estas cifras están recogidas en un revelador e inquietante informe elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y dado a conocer este miércoles.

"Es un problema en aumento, y nada indica que vaya a remitir", ha asegurado a EL PERIÓDICO Sara Collante, experta en políticas de infancia de UNICEF-España, en una conversación telefónica. "Cada foto, cada niño o cada niña simboliza a millones de menores en peligro; es necesario que la compasión que sentimos por las víctimas se traduzca en una acción en favor de todos los niños", ha proclamado en un comunicado Anthony Lake, director general de la institución.

El desglose de la cifra de 50 millones de menores desplazados, refugiados o emigrantes es el siguiente: entre la población que han abandonado sus países, un total de 31 millones son niños, incluyendo a 11 millones de "niños refugiados y solicitantes de asilo". En el último decenio, concretamente entre el 2005 y el 2015, el número de niños refugiados se incrementó en "más del doble"

Entre los 41 millones de personas que han abandonado sus hogares pero que no se han visto obligados a cruzar ninguna frontera, integrantes de la categoría de desplazados internos, 17 millones de ellos eran niños. Asia, con varias guerras en desarrollo -SiriaYemen Afganistán- concentra a la mayoría de ellos, un 47% de ellos.

Del informe, Collante destaca un problema especialmente lacerante: el que presentan los menores no acompañados. Más de 100.000 de ellos no viajan de la mano de alguno de progenitores o familiares, lo que supone "el triple" de lo constatado en el 2014.

ATRAER LA ATENCIÓN DE LOS PODERES PÚBLICOS

El informe intenta atraer la atención de los poderes públicos en los países destinatarios de emigrantes y refugiados, al tiempo que alertarles acerca de los abusos a los que se exponen los menores, con el objetivo de mejorar las respuestas de dichos estados ante el fenómeno, una respuesta repleta de "lagunas", en opinión de Collante.

En España, por ejemplo, UNICEF denuncia la existencia de barreras administrativas invisibles, como la "rigidez en el proceso de reunificación familiar", que, de no existir, paliaría el drama que padecen y plantean los niños refugiados no acompañados, así como el "lento ritmo de las reubicaciones", ha denunciado Collante.

Otro de los temas que inquietan en la institución de Naciones Unidas dedicada a proteger a la infancia son las denominadas "devoluciones automáticas, una práctica que impide desplegar lasgarantías jurídicas que nuestro país condece al menor aspirante al asilo. "Si hay devolución automática, no se puede identificar la identidad y la edad del menor concernido, y por lo tanto, no se pueden aplicar al menor las garantías jurídicas con las que cuenta España", sostiene Collante.

El informe difundido por UNICEF viene a ser el primero que trata de la problemática del menor refugiado, desplazado o emigrante, que se encuentra en una situación, si cabe, de mayor precariedad que los adultos o los jóvenes.

Entre las recomendaciones planteadas en el documento, UNICEF emplaza a los estados a "proteger a los niños refugiados y emigrantes, especialmente los no acompañados, de la explotación y la violencia", así como acabar con la detención de "niños emigrantes o que esperan obtener la condicción de refugiados", al tiempo que garantizar los accesos a la "salud y a otros servicios de calidad".