Les presentamos a Steve Bannon, el ultra convertido en nuevo hombre fuerte de Trump

El exbanquero y responsable de la web Breitbart es baluarte de la derecha alternativa o ultra

Stephen Bannon.

Stephen Bannon. / GH

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Hace 10 meses, cuando Bloomberg Businessweek dedicó un amplio reportaje perfilando a Steve Bannon, lo tituló asegurando que el antiguo militar, banquero y cineasta que desde el 2012 está al frente de la web conservadora <em>Breitbart News</em> era “el agente político más peligroso en América”. Ahí estaba el retrato de un incitador de la llamada “derecha alternativa” (otra forma de decir “radical”), que ha alentado el nativismo en Estados Unidos, ha ayudado al ascenso del Tea Party y combina el populismo y el impulso de teorías conspirativas con rigurosas investigaciones para azotar al establishment, no solo demócrata sino también republicano.

Desde esta semana, ese hombre de 62 años es también el elegido por Donald Trump para dirigir sus esfuerzos para llegar hasta la Casa Blanca. Y aunque está por ver el efecto concreto que su nombramiento tiene en el modus operandi del heterodoxo candidato, al que otros asesores elevados a altos cargos en la campaña intentarán hacer parecer más presidencial, la personalidad y el pasado de Bannon sugieren que su apuesta será dar rienda suelta a Trump.

MISMO MENSAJE, MISMO ESTILO

Hace ya tiempo que Bannon conectó con Trump. De hecho, en la web que ha dirigido él llevaba varios años propagando el mismo mensaje y con estilo similar que los que han llevado al empresario inmobiliario hasta la no hace tanto impensable nominación. Su respaldo al Tea Party llevó al funfador de la web, Andrew Breitbart, a definirlo una vez como “el Leni Reifenstal” del movimiento ultra, poniéndolo a la altura de la más efectiva propagandista del Tercer Reich. Y Bannon ha sido uno de los más potentes altavoces para esa denominada derecha alternativa que el Southern Poverty Law Center, una organización que estudia movimientos extremistas en EEUU, define como “una serie de grupos, individuos e ideologías cuya creencia central es que la identidad blancaque usan la corrección política y la justicia social para minar a la gente blanca y su civilización”.

El viaje de Bannon ha sido personal. Proviene de una familia de “demócratas de clase trabajadora, católicos irlandeses, pro-Kennedy y pro-sindicatos”, según le explicó el año pasado a Bloomberg. No se involucró en política hasta que se alistó y sirvió en la Marina. Entonces vio “como Jimmy Carter lo jodía todo”. Se volvió “un gran admirador de Ronald Reagan”. Y aunque se declara como tal, se ha distanciado del Partido Republicano y se volvió en contra “de todo el aparato” cuando estalló la última crisis económica y Bannon, que sacó un MBA en Harvard y trabajó en Goldman Sachs antes de pasar al mundo del cine, primero como inversor y luego como creador, vio que “George Bush la había jodido tanto como Carter y todo el país era un desastre”.

Trump y Bannon comparten algo más: la comprensión del mundo mediático de hoy, del potencial de las redes sociales, de cómo se moldea la opinión pública. Y aunque en Breitbart ha demostrado su estilo provocativo y agresivo y su disposición a plantar abono para teorías conspirativas, Bannon también ha descubierto el poder del periodismo de investigación. Es fundador del Instituto de Rendición de cuentas del Gobierno (GAI por sus siglas en inglés), una organización que, según la explicación de Bloomberg, “construye acusaciones rigurosas y basadas en datos contra importantes políticos y luego se asocia con medios mainstream que los conservadores normalmente desprecian para diseminar los descubrimientos a la más amplia audiencia posible”.

La efectividad de su fórmula es innegable. El libro que GAI publicó el año pasado centrado en los fangosos vínculos financieros de Hillary y Bill Clinton con gobiernos y empresas extranjeros no solo extendió una sombra que viene de lejos, sino que se hizo espacio y sirvió como fuente para trabajos de medios como The New York Times.

TEORÍAS CONSPIRATIVAS

Hay quien, jugando con el mundo de conspiraciones que tanto rodea a la derecha alternativa, ha escrito que Bannon y Trump lo que tienen en mente no es ya la Casa Blanca, sino plantar las semillas para crear un imperio mediático que de el relevo a FoxNews, que se habría vuelto demasiado moderada para movimientos como el suyo. Es una tesis a la que da alas la noticia de que también ha empezado a asesorar a Trump Roger Ailes, el exdirectivo de FoxNews que ha tenido que abandonar la cadena por un escándalo de acoso sexual. Y aunque puede que solo sean elucubraciones, como todo últimamente en la política estadounidense, mejor no descartar ninguna posibilidad.