Palestina sufre severas restricciones de agua

El aumento de la demanda de suministro de las colonias israelís en el territorio ocupado de Cisjordania en verano restringe al mínimo el abastecimiento de los palestinos

Palestinos cogen agua de un contenedor en Gaza en una imagen de archivo.

Palestinos cogen agua de un contenedor en Gaza en una imagen de archivo. / periodico

ANA ALBA / QABALAN (CISJORDANIA)

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Ahmad Naim abre la llave de paso de la tubería que abastece de agua su hogar y no sale ni una gota. Vive con su esposa y seis hijos en una casa del pueblo palestino de Qabalan, en Cisjordania. En su pequeño jardín ha instalado un tanque cuya agua bombea hasta la parte superior de la vivienda con una dinamo.

“En los meses de calor, el agua nos llega una vez cada 25 días, entre dos y cuatro horas. En invierno el suministro funciona, dependemos de los pozos palestinos y de Mekorot (compañía israelí de agua)”, indica Ahmad bajo un sol abrasador. Los calabacines de su terreno han muerto de sed.

La tubería seca de su casa transporta el agua que reparte Mekorot, que con la llegada del calor en mayo restringió el suministro a localidades de Cisjordania. Este territorio palestino ocupado por Israel está plagado de colonias israelís que en época estival demandan más agua para regar cultivos y jardines o llenar piscinas.

COLONIAS BIEN ABASTECIDAS

"Los asentamientos reciben un caudal de agua enormemente mayor al de las comunidades palestinas. En verano necesitan mucha más y la cantidad que pueden bombear desde los acuíferos es menor, así que cortan o disminuyen al mínimo el abastecimiento de los palestinos”, señala Pepe Gago, coordinador de proyectos de Agua y Saneamiento en Cisjordania de la oenegé Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP). Un colono "gasta casi cinco veces más agua per cápita que un palestino”, subraya Gago.

Mekorot alega que suministra la misma cantidad de agua que antes, pero trabajadores de esta compañía contaron que se ha reducido el abastecimiento a los palestinos porque no hay bastante agua para las colonias.

“Los asentamientos de esta zona tienen agua las 24 horas, mientras a nosotros nos la quitan y tenemos que comprarla a camiones cisterna”, denuncia Ahmad, que paga el metro cúbico de agua de la red pública a casi 5 shekels (1,17 euros) y el de tanque a 15 (3,5 euros). Para cubrir las necesidades de su hogar en época de calor, Ahmad, que es agricultor, invierte unos 500 shekels (117,6 euros) al mes en agua.

RIESGOS SANITARIOS

“Algunas personas destinan más del 40% de sus ingresos mensuales a comprar agua”, alerta Ayman Rabi, director del Grupo de Hidrología Palestino. Los cortes han tenido consecuencias nefastas “para la agricultura y pequeñas industrias. También hay riesgos para la salud porque el agua de tanque a veces procede de fuentes no protegidas”, advierte Rabi.

Los colonos israelís en Cisjordania tienen acceso a unos 300 litros de agua por persona y día, y el resto de israelís, a 240 litros. Los palestinos de Cisjordania consumen una media de 73 litros, muy por debajo del mínimo de 100 litros recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En algunas comunidades, el consumo no llega a 30 litros. 

Palestina e Israel disponen de recursos hídricos, pero los palestinos sufren por su reparto discriminatorio. Hay fuentes a las que no pueden acceder por impedimento israelí, como el río Jordán. Israel ocupa Cisjordania desde 1967 y controla su agua. Existen dos acuíferos, el de la costa (parte de Israel y Gaza) y el de la montaña, cuya mayor área encierran las fronteras de Cisjordania.

PACTO EN OSLO

Israelíes y palestinos pactaron la distribución del agua en el acuerdo Oslo II, en 1995, previsto para cinco años. Los israelíes lograron el control del 80% del agua de Cisjordania y los palestinos del 20%. El pacto sigue vigente a pesar del enorme aumento de población, y el resultado es que ahora “Israel tiene acceso al 87% del acuífero y los palestinos, solo al 13%”, recuerda Camilla Corradin, coordinadora del Grupo de Trabajo de EWASH, coalición de oenegés en Palestina que trabajan en el sector del agua.

Mekorot vende agua a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). "Israel manda a la ANP más del doble de la cantidad de agua comprometida en Oslo”, asevera el portavoz de la Autoridad Israelí del Agua, Uri Schor. Si el reparto fuera justo, los palestinos dispondrían de este agua y no tendrían que comprarla a Israel. En Oslo se pactó la creación de un comité conjunto del agua,“pero los palestinos lo abandonaron porque Israel tenía, de facto, derecho de veto”, observa Corradin.

"Expandir el suministro de agua de Mekorot puede prevenir la falta de agua, pero no se ha hecho por el rechazo de la ANP a aprobar proyectos”, asegura Schor. Los israelís “difícilmente admiten iniciativas palestinas y menos infraestructuras en Área C (de Cisjordania, controlada por Israel)”, puntualiza Gago. “Han demolido infraestructuras de proyectos como el de Al Jiftlik (Jericó), donde arrancaron una red de agua recién construida con financiación de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo”, lamenta Gago.

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