Trump ahonda el cisma en el Partido Republicano

Donald Trump en un acto electoral durante la campaña presidencial.

Donald Trump en un acto electoral durante la campaña presidencial. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Entre los muchos estadounidenses atrapados por dilemas que plantea la candidatura de Donald Trump, nadie lo está con más intensidad que los propios republicanos y, sobre todo, el aparato y los líderes del partido conservador, así como los congresistas y otros cargos electos que se enfrentan a la reelección el 8 de noviembre.

La amenaza de cisma que lleva latiendo desde que el provocador y polémico empresario empezó a consolidarse como favorito para lograr la nominación presidencial, que cobró forma en el movimiento Nunca Trump, se ha disparado después de sus ataques a los padres de un soldado musulmán muerto en Irak, en los sigue obcecadamente pese a la asesoría de su equipo y de estrategas que le advierten de que pueden ser contraproducentes. Y la división ha entrado en una nueva fase aún más tensa después de que, en una entrevista con The Washington Post el martes, Trump se negara a dar públicamente su apoyo a Paul Ryan, el speaker de la Cámara Baja que es el republicano más poderoso y el martes tiene que renovarse como candidato en sus propias primarias, y a senadores como John McCain y Kelly Ayotte, que han sido críticos con él.

Además de tensión hay surrealismo. Este miércoles, Mike Pence, el gobernador de Indiana que Trump ha elegido como candidato a vicepresidente, ha expresado su apoyo "contundente" a Ryan. Y aunque resulte aparentemente inexplicable, Pence ha asegurado que el propio Trump le ha "animado a hacerlo".

Pence ha tratado de minimizar la extraordinaria divergencia, hablando de que "todo es parte de un proceso para unificar al partido". Pero sus palabras no logran ocultar el cataclismo que está provocando el duelo entre Trump y Ryan, que es extremadamente significativo. El speaker tardó semanas en respaldar oficialmente a Trumpspeaker  una vez que este se aseguró la nominación, y el magnate le ha devuelto el favor, con intereses. Ha usado prácticamente las mismas palabras que empleó en su día Ryan para posponer el respaldo (“no estoy listo aún para hacerlo”) pero, además, ha hablado pública y entusiastamente a favor del candidato populista que reta a Ryan en sus primarias el próximo martes.

El poderoso republicano de momento sigue tragando sapos, manteniendo la vista puesta en mantener en noviembre el control de las dos cámaras para avanzar su agenda conservadora, algo impracticable si Hillary Clinton llega a la Casa Blanca o si pierden esas mayorías en Capitol Hill. Pero el choque entre ambos está provocando un tsunami dentro del partido y según un destacado republicano que ha hablado con NBC pidiendo mantener el anonimato, el presidente del Comité Nacional del partido, Reince Priebus, se ha quedado “apopléjico” ante el desplante de Trump a Ryan y ha llamado a empleados del candidato presidencial para mostrar su “descontento”.

Es más, Priebus está considerando incluso dar el inédito paso de abandonar la imparcialidad a la que se supone que le obliga su cargo y apoyar públicamente a Ryan. Pero su preocupación por el efecto que está teniendo y puede tener Trump sobre la formación conservadora va más allá de una disputa con una sola persona. Según NBC tanto Priebus como el exalcalde neoyorquino Rudy Giuliani y el exspeaker Newt Gingrich están intentando hablar con el candidato para que abandone polémicas y divisiones y reinicie de forma diferente una campaña que ven haciendo aguas, como otros muchos dentro del partido. Incluso están buscando que se sumen a su empeño los hijos de Trump, que componen su núcleo central de asesores y son quienes más influyen en él. 

MOMENTO CRUCIAL

Fuentes republicanas han dicho este miércoles también a NBC que “las próximas horas, entre 24 y 72, pueden ser cruciales” porque “está teniendo lugar una conversación muy seria para que republicanos clave salgan con fuerza contra Trump”. Y la fuga conjunta de esos respaldos destacados, aunque todavía está en el aire, daría un serio golpe al candidato, que sigue sumando deserciones como la de la consejera delegada de Hewlett Packard, Meg Whitman. La ejecutiva, que como republicana optó a ser gobernadora de California, le ha tildado de “demagogo deshonesto” y ha mostrado su inclinación por Clinton.

El debate sobre cómo o cuánto distanciarse del candidato está muy vivo, sobre todo entre legisladores como McCain que enfrentan reelecciones complicadas el 8 de noviembre. Y la recomendación que están escuchando de estrategas es que lo hagan. “Si lo apoyaron en algún momento y ya no pueden no tengan miedo de decirlo”, les ha recomendado en un memorando Liesl Hickey, una estratega que fue clave para la decisiva victoria republicana en las legislativas del 2014. El documento, obtenido por Politico, lleva el título “Cómo sobrevivir en 2016”.