RELEVO EN DOWNING STREET

May nombra un Gobierno ultraconservador con Boris Johnson en Exteriores

Theresa May y su esposo, Philip May, saludan en la entrada del número 10 de Downing Street, este miércoles, en Londres.

Theresa May y su esposo, Philip May, saludan en la entrada del número 10 de Downing Street, este miércoles, en Londres. / periodico

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Theresa May se convirtió este miércoles en la primera ministra británica que conducirá al Reino Unido fuera de la Unión Europea. Sin perder un minuto después de ser investida en el cargo por la reina Isabel II, May comenzó a anunciar los nombramientos de su nuevo Gobierno, otorgando algunas de las carteras más importantes a los destacados partidarios del 'brexit'.

La más chocante de las designaciones fue la de Boris Johnson como ministro de Asuntos Exteriores. Johnson fue el rostro más famoso en la campaña a favor de la salida. Su triunfo en el referéndum debía conducirle a sustituir a David Cameron en la jefatura del Gobierno. La traición de su colaborador, Michael Gove, se lo impidió y le dejó humillado. May ahora le recompensa con un gran premio de consolación, que le devuelve al primer plano de la política nacional e internacional.

Johnson no se encargará de las negociaciones con Bruselas sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. May ha creado un departamento especial para el 'brexit' y al frente de él ha colocado a un ultraconservador eurófobo recalcitrante, David Davis, que en el pasado intentó sin éxito liderar a los conservadores.

Philip Hammond, un colaborador cercano a May, que ocupaba la cartera de Exteriores, pasa a ser el ministro de Finanzas. Una mujer, Amber Rudd, se encargará de Interior. Michael Fallon seguirá al frente de Defensa y otro renombrado euroescéptico, Liam Fox, se encargará del nuevo departamento de Comercio Internacional.

MENSAJE UNIONISTA

La primera impresión es que May ha debido hacer grandes concesiones a los sectores más derechistas del partido y a la vieja guardia, lo que hace dudar de la libertad de movimiento a la hora de poder imponer su propia agenda. En su primer discurso después de tomar posesión del cargo, la flamante primera ministra prometió afrontar el desafío del 'brexit' con éxito y construir “un nuevo papel audaz y positivo” para el país fuera de la UE.

Ante la famosa puerta del 10 de Downing Street, May marcó las prioridades de su mandato. La primera fue defender la unión del país, un mensaje muy claro dirigido especialmente a los independentistas escoceses. “No todo el mundo lo sabe, pero el título completo de mi partido es conservador y unionista y esa palabra, unionista, es muy importante para mí. Significa que creemos en la muy preciosa unión entre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte”.

JUSTICIA SOCIAL

Pero May sorprendió a la incrédula audiencia cuando aseguró que el gran objetivo de su Gobierno será ahondar en la justicia social. La mujer a la que un comentarista satírico llama “Tory Terminator” -asegurando que “si va a unir el país, será contra los pobres”-, prometió ser líder de “un Gobierno que trabaje para todos y no para unos pocos privilegiados”.

La trepidante jornada había comenzado con la última comparecencia de Cameron como primer ministro en la sesión semanal de preguntas y respuestas en la Cámara de los Comunes. En esta ocasión, la agresividad habitual entre rivales políticos cedió el paso al buen humor, las anécdotas, las puyas suaves y las palabras de agradecimiento. ”Aparte de una reunión esta tarde con su majestad la reina, mi agenda para el resto del día está increíblemente despejada”, declaró a modo de introducción el aún primer ministro, entre las risas de los diputados, que se prolongarían durante la media hora que duró la sesión.

ELOGIOS A CAMERON

El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, elogió la ayuda de Cameron para liberar a uno de los presos de Guantánamo y la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo. Cameron comparó al líder laborista con el Caballero Negro, un personaje de la serie de los Monty Python, que no se rinde aunque le despellejen vivo. “Reconozco que empiezo a admirar su tenacidad”, afirmó, refiriéndose a la resistencia de Corbyn a dimitir, a pesar de no contar con el apoyo de su grupo parlamentario.

“Una vez fui el futuro”, fueron las últimas palabras de Cameron al concluir la sesión con los diputados puestos en pie, despidiéndole entre aplausos. Después de seis años y sesenta y dos días en el cargo, abandonó la escena, dejando el 'brexit' como el más inquietante legado de su mandato.