Los maestros bloquean las carreteras del sur de México contra la reforma educativa

Desafiando un ultimátum del Gobierno, millares de maestros continúan este martes sus bloqueos de las carreteras de los estados del sur de México para protestar contra la reforma educativa. La disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha pedido evitar otro “baño de sangre”, solo se ha avenido a hacer sus bloqueos intermitentes y quitarlos de noche, y ha extendido sus movilizaciones a estados del centro y la capital, donde también ha cerrado centenares de escuelas.

El pueblo de Nochixtlan, en el estado de Oaxaca, se convirtió en el epicentro de la protesta desde que el pasado 19 de junio la policía disparó contra los maestros y lugareños que cortaban la carretera y mató a 11 personas e hirió a más de 100. Los bloqueos, con camiones atravesados, se han multiplicado en estos 15 días, hasta en las autopistas, sobre todo en Oaxaca y Chiapas, así como en Guerrero y, más al norte, en Michoacán. La protesta magisterial, que de hecho cumple tres años, se extiende de nuevo por el país.

El México airado sale de nuevo a la calle

En lo que muchos interpretaron como una nueva maniobra para desprestigiar ese movimiento, el Gobierno montó la semana pasada un puente aéreo para suministrar alimentos a zonas que dijo estaban desabastecidas en Oaxaca por culpa de los bloqueos. Después, el ministro de Gobernación, Miguel Osorio, amenazó con tomar medidas si no cesaban inmediatamente esos cortes de carreteras y aseguró: “El tiempo se agotó”.

CALIDAD DE LA ENSEÑANZA

La reforma educativa fue implantada en el 2013 por el presidente, Enrique Peña, y el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) para “mejorar la calidad de la enseñanza”, que realmente es muy baja en México. Pero los maestros denuncian que el objetivo de la nueva ley es “privatizar la educación” y despedir a muchos de ellos con una evaluación a la que se resisten.

El problema es especialmente grave entre los maestros rurales bilingües de las 60 etnias indígenas, que transmiten los conocimientos ancestrales del medio ambiente, pero difícilmente pueden superar una evaluación de estándares internacionales. Por eso llevan meses de protesta, junto a las familias de sus alumnos, bajo el sol y ahora las primeras tormentas de la época de lluvias, mientras el Gobierno recalca que ya no hay vuelta atrás.