El proceso de paz en Colombia

Santos y las FARC sellan en La Habana el cese al fuego y las hostilidades

COMIENZA EN LA HABANA LA CEREMONIA DEL ACUERDO PARA CESE DEL FUEGO EN COLOMBIA

COMIENZA EN LA HABANA LA CEREMONIA DEL ACUERDO PARA CESE DEL FUEGO EN COLOMBIA / AE LMB

ABEL GILBERT/ BUENOS AIRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Los colombianos hemos convivido con el miedo y la incertidumbre de la guerra. Se volvió parte de nuestra vida cotidiana. Con lo que se acaba de firmar, damos la vuelta a una página trágica de nuestra historia, esto nos permitirá no repetir lo que tanto daño nos causó.Llegó la hora de ser un país con esperanza”. El presidente de Colombia Juan Manuel Santos sintió que hablaba por todos al sellar con las FARC los acuerdos del alto el fuego y las hostilidades bilaterales.

En virtud de lo pactado en La Habana, la guerrilla entregará gradualmente las armas  y se insertará en la vida política una vez que se materialice el acuerdo final de paz, en pocos meses. Ese acuerdo, adelantó Santos, será suscrito en Colombia. “Que este sea el último día de la guerra”, dijo Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko', el jefe del estado mayor de las FARC, para añadir: “Esto no ha sido una capitulación de la insurgencia sino un diálogo serio entre dos fuerzas que no pudieron derrotarse. No hay imposición de una parte a la otra”.

La escena habría resultado inverosímil 1.345 días atrás, cuando se instaló la primera mesa de negociaciones en Oslo. Vinieron luego seis meses de una fase exploratoria y las discusiones en la isla mayor de las Antillas, con Cuba y Noruega como países garantes y el acompañamiento de Chile Venezuela.

Se llegó al consenso sobre la cuestión agraria, los problemas del narcotráfico y las víctimas de cinco décadas de enfrentamiento. Hubo en La Habana momentos de pesimismo descarnado pero, poco a poco, se fueron superando escollos que se consideraban insalvables. Como dijo el secretario general de Naciones UnidasBan Ki-Moon, el alto el fuego, que será supervisado por el organismo con el respaldo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), le ha mostrado al mundo “que es posible lograr la paz con dignidad”. Los logros alcanzados, dijo, facilitan el camino del acuerdo final. “Nuestras expectativas son muy altas. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para traducir este proceso en una implementación ejemplar”, añadió.

LA VICTORIA DE NUESTRA AMÉRICA

No faltó nadie en la ceremonia de La Habana. Junto con Ban Ki-Moon llegaron los presidentes Michelle Bachelet , Nicolás Maduro y el mexicano Enrique Peña Nieto, representantes de Noruega, EEUU y la UE. Ante ellos, el anfitrión Raúl Castro recordó: “No fueron pocos los que vaticinaban el fracaso de este proceso”, pero, contra esos pronósticos, se ha logrado un avance decisivo. “La paz será la victoria de Colombia y nuestra América”.

Santos comenzó a insinuar esta posibilidad apenas inició su primer mandato, en agosto de 2010. Había sido ministro de Defensa de Álvaro Uribe, lo que lo convirtió en el ejecutor de una agresiva política de seguridad que le asestó severos golpes a la guerrilla. La historia lo colocó luego en la encrucijada de profundizar la guerra interna o buscar una salida. Santos eligió lo segundo y tendrá un lugar excepcional en la historia de su país.

“Los días oscuros no volverán jamás. Habrá justicia, verdad y reparación. Los responsables de delitos atroces serán sancionados. Faltan temas importantes por acordar. Vamos a hacerlo lo más pronto posible. Quiero valorar el paso dado por las FARC de que la lucha por sus convicciones será en adelante política, con ideas", dijo el presidente para añadir: "He sido un implacable adversario, pero como jefe de Estado defenderé con igual determinación su derecho a expresarse aunque no estemos de acuerdo. El fin del conflicto es el punto de partida para construir juntos, unidos en la diversidad, un país en el que haya espacio para todos”.

El acuerdo final deberá ser refrendado en un plebiscito. La guerrilla finalmente aceptó ese mecanismo. 'Timochenko' y Santos, cada uno a su modo, llamaron a los colombianos a avalarlo y ya entraron en campaña. “Le hacen un daño a Colombia negar la importancia de lo acordado. Estamos seguros que los colombianos le darán la espalda a estos propósitos”, dijo 'Timochenko'. A nadie se le escapó que hablaba de Uribe.