REPERCUSIONES DE LA MASACRE EN FLORIDA

El Senado de EEUU da la espalda a las víctimas del tiroteo de Orlando

La Cámara alta rechaza una ley para impedir que los sospechosos de terrorismo puedan comprar armas

Protesta de activistas ante la entrada de la sede de la Asociación Nacional del Rifle, en Fairfax (Virginia), este martes.

Protesta de activistas ante la entrada de la sede de la Asociación Nacional del Rifle, en Fairfax (Virginia), este martes. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Solo una semana después del atentado de Orlando, donde 49 personas fueron masacradas a tiros en una discoteca gay de la ciudad, cuatro proyectos de ley llegaron al Senado para endurecer las leyes sobre las armas. Pero como ha sido la norma durante toda la presidencia de Barack Obama, todas las iniciativas murieron a las primeras de cambio. Los republicanos bloquearon las propuestas más duras de los demócratas y los demócratas las más descafeinadas de los republicanos. Ni siquiera se pusieron de acuerdo para impedir que los sospechosos de terrorismo puedan comprar armas y explosivos, un espectáculo de politiqueo lamentable.

Las galerías de la cámara se llenaron de supervivientes de pasados tiroteos y camisetas con un “Basta” en letras grandes, en referencia a una violencia armada que se cobra al año más víctimas que los accidentes de tráfico. Pero lo que vieron fue un teatro político de difícil categorización, otro síntoma de la parálisis que se vive en el Congreso y de la hipocresía que impera en el debate sobre las armas. Aunque unos y otros se mostraron de acuerdo en que nadie que esté siendo investigado por presuntos vínculos con el terrorismo debería poder comprar un rifle sin problemas, teniendo en cuenta además que a muchos ni siquiera se les permite volar, fueron incapaces de ponerse de acuerdo.

La Asociación Nacional de Rifle (NRA), el poderoso lobi de las armas, había hecho campaña en contra de la propuesta demócrata, y los republicanos volvieron a bailar al son de su estribillo. Solo dos de 54 votaron a favor. Para que la iniciativa prosperara se necesitaban 60 votos. “Nadie quiere que los terroristas puedan comprar armas o explosivos”, dijo el líder conservador en la Cámara baja, Mitch McConell, antes de añadir, sin embargo, que el proyecto demócrata solo pretendía avanzar una “agenda partidista” o convertirse “en 30 segundos del próximo anuncio de campaña”.

ALTERNATIVA BENDECIDA POR LA NRA

Para salvar la cara en un momento políticamente y emotivamente tan delicado, los republicanos propusieron una alternativa, bendecida por la NRA. Esa propuesta hubiera alertado al FBI cuando un sospechoso de terrorismo o alguien que hubiera formado parte de esa lista en los últimos cinco años tratara de comprar un arma. A partir de entonces, el Fiscal General podría retrasar la compra, dando tres días a los fiscales para presentar pruebas suficientes que bloquearan la compra de forma definitiva. En este caso fueron los demócratas los que votaron en contra, arguyendo que tres días no son suficientes y que el mecanismo hubiera sido ineficiente.  

En un punto los republicanos tienen razón. Hay casi un millón de personas en las hinchadas listas de sospechosos de terrorismo, casi todos extranjeros, y también a ellos se les debe la presunción de inocencia. Pero no parece tener ningún sentido que al tiempo que son investigados y sus comunicaciones probablemente intervenidas, se les permita comprar armas. En una de esas listas estuvo durante 10 meses Omar Mateen, el asesino de Orlando, pero acabó saliendo de ella en el 2014 después de que las autoridades no encontraran nada substancial.

OPINIÓN PÚBLICA

“¿Qué les voy a decir a las familias, a las 49 familias afligidas?”, dijo el senador demócrata por Florida, donde sucedió la masacre, Bill Nelson. “Les voy a decir que la NRA ha vuelto a ganar”.

La tozudez de los legisladores contrasta con el sentir del público estadounidense. Según una encuesta realizada tras el tiroteo de Orlando, un 61% de la población es partidaria de endurecer las leyes de armas y un 60% respalda la prohibición de las armas de asalto, los rifles semiautomáticos como el que utilizó Mateen. Los republicanos también tumbaron otra iniciativa para tapar el agujero legal que permite comprar armas sin que se revisen los antecedentes penales del comprador a través de internet y en las ferias de armas.