El Eurogrupo ultima el nuevo balón de oxígeno para Grecia

Su presidente, Jeroen Dijsselbloem, excluye un tercer rescate sin el FMI pero se mantiene el pulso entorno al alivio de la deuda

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, (izquierda),  el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, (centro) y el ministro de Finanzas luxemburgues, Pierre Gramegna, durante la reunion del Eurogrupo celebrada en Bruselas.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, (izquierda), el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, (centro) y el ministro de Finanzas luxemburgues, Pierre Gramegna, durante la reunion del Eurogrupo celebrada en Bruselas. / periodico

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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La zona euro necesita evitar a toda costa que se repita una nueva crisis de deuda en Grecia este verano. Algo que pasa por un nuevo desembolso de ayudas del tercer rescate  -que podría ser de 10.300 millones- y responder con algún tipo de gesto al alivio “sin condiciones” de la deuda griega que reclama el Fondo Monetario Internacional para sumarse al programa. Es lo que buscaban este martes los ministros de economía y finanzas durante un Eurogrupo marcado por las vivas discrepancias entre Berlín y el organismo que lidera Christine Lagarde.

“El FMI es muy experimentado y tenerlo a bordo es un valor añadido. No es una opción continuar sin el FMI”, aseguraba el jefe de filas del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, a su llegada a la reunión. El organismo con sede en Washington solo pondrá su granito de arena a este tercer programa de ayuda –aprobado en verano de 2015 y por valor de 86.000 millones- si hay reestructuración de la deuda helena, que ronda el 180% del PIB y es la más alta de toda la Eurozona. El pasado lunes, la institución –que estima una deuda del 250% para 2060- redoblaba la presión sobre los socios del euro con un nuevo informe en el que reclamaba una reducción sin condiciones de la deuda, algo que ha hecho saltar de nuevo chispas entre los europeos. 

“Hay razones para contemplar un alivio de la deuda porque es muy alta y creo que habrá algunos problemas en el futuro como muestra el análisis de sostenibilidad de la deuda”, admitía Dijsselbloem, responsable de mediar en la discusión y encontrar un punto de encuentro. El Eurogrupo baraja la posibilidad de adoptar medidas a corto plazo –una pequeña ampliación de plazos y recorte de tipos- con medidas más potentes a medio y largo plazo. Pero queda descartado perder dinero.

REACIOS A LA QUITA

“No vemos necesidad de una quita como exige siempre el FMI”, recordaba el austríaco, Hans Jörg Schelling. Tampoco Bélgica o Eslovaquia aceptan un alivio sin condiciones mientras que el alemán Wolfgang Schäuble suavizaba las discrepancias pero admitía que solo podrá haber alivio de la deuda una vez que Grecia aplique plenamente el programa de rescate. 

Alemania se encuentra en una situación un poco incómoda. Es uno de los países que más insisten en la implicación del FMI antes de desembolsar más dinero pero en realidad lo que exige es dejar el debate sobre la reestructuración para 2018, una vez concluya el programa de rescate. Esto permitiría al gobierno esquivar este espinoso tema hasta después de las elecciones legislativas alemanas de 2017 y mantener un as en la manga para seguir apretando a Atenas con las reformas. 

Aunque el Gobierno que lidera Alexis Tsipras no está todavía con el agua al cuello, Grecia necesitará financiación extra de aquí al 20 de julio para hacer frente a los pagos pendientes que tiene a proveedores así como varios nuevos vencimientos al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional, que rondan solo estos dos últimos los 2.700 millones de euros. “El Gobierno griego ha trabajado mucho desde el pasado verano y en las últimas semanas”, reconocía Dijsselbloem sobre los últimos paquetes de reformas aprobados. La conclusión es compartida por sus colegas del Eurogrupo y el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, mostraba confianza en que se desbloqueará una cifra “suficiente” para que Atenas pueda capear los próximos meses y no se repita la situación del año pasado. El nuevo montante podría rondar los 11.000 millones.

Aunque el gobierno que lidera Alexis Tsipras no está todavía con el agua al cuello, Grecia necesitará financiación extra de aquí al 20 de julio para hacer frente a los pagos pendientes que tiene a proveedores así como varios nuevos vencimientos al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional, que rondan entre estos dos últimos los 2.700 millones solo en julio. “El gobierno griego ha trabajado mucho desde el pasado verano y en las últimas semanas”, reconoce Dijsselbloem. La respuesta a la nueva vuelta de tuerca de reformas de Atenas y a su plan de contingencia sería un nuevo tramo de ayudas de 10.300 millones que se podría desembolsar en dos etapas: 7.500 millones en junio y otros 2.800 en septiembre, suficiente para que Grecia capee hasta otoño y evite otro verano de infarto.

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