CEREMONIA EN EL VATICANO

El papa Francisco: "¿Qué te ha sucedido, Europa?"

El Pontífice dice al recibir el premio Carlomagno que sueña con una Europa donde ser emigrante no sea delito

El papa Francisco con Angela Merkel.

El papa Francisco con Angela Merkel. / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Sue\u00f1o con una Europa donde ser emigrante no sea delito\"","text":"\"Una Europa centrada en los rostros y no en los n\u00fameros\""}}"¿Qué te ha sucedido, Europa humanista, paladina de los derechos del hombre, de la democracia y libertad? ¿Qué te ha sucedido Europa, tierra de poetas, filósofos, artistas, músicos, literatos, madre de pueblos y naciones, madre de grandes hombres y mujeres que han sabido defender y dar la vida para la dignidad de sus hermanos?”. Haciendo una excepción al rechazo de galardones, el papa Francisco ha recibido el viernes en el Vaticano el Premio Internacional Carlomagno y, frente a las máximas autoridades de la Unión Europea, ha echado un rapapolvo a esa Europa “abuela y esteril”, para que sea “madre fecunda”, “rompa muros y construya puentes”  y ponga al día la misma “idea de Europa”.

El objetivo, según el Papa, es que Europa sea capaz, siguiendo los pasos de los padres fundadores, de “dar a luz un nuevo humanismo basado en la capacidad de integrar, dialogar y generar”, para el que “ser emigrante no sea un delito”.

En la ceremonia de entrega del galardón estaban presentes los tres presidentes de las  máximas instituciones de la Unión Europea: Martin Schulz de la Eurocámara, Jean-Claude Juncker de la Comisión Europea y Donald Tusk del Consejo Europeo, además del rey Felipe VI de España, y el primer ministro italianoMatteo Renzi, entre otras personalidades. Por la mañana, Jorge Bergoglio había recibido a la cancillera alemana, Angela Merkel.

En un inspirado discurso, realista y utópico a la vez, el Papa dijo soñar con “una Europa joven, capaz de ser una madre viva porque respeta la vida y ofrece esperanzas de vida”. Un sueño que comprende “el cuidado del niño y de quien busca acogida porque ya no tiene nada (...) una Europa que escucha y da valor a los enfermos y ancianos (...), en la que ser migrante no constituye un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo el ser humano” (...), en la que los jóvenes respiran el aire limpio de la honradez, aman la belleza de la cultura y de una vida sencilla”.

Bergoglio ha añadido soñar “una Europa de las familias, con políticas centradas en los rostros y no en los números, en los nacimientos en lugar del aumento de los bienes; una Europa que promueva y tutele el derecho de cada uno, sin olvidar los deberes de todos, una Europa en la que no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos fue una utopía”.

"CEDER A NUESTROS EGOISMOS"

Según el Papa, la Europa actual “siente fallarle las paredes de la casa común” y que se apaga “el iluminado proyecto de los Padres”, a los que ha citado uno por uno. “Nosotros, hijos de aquel sueño estamos tentados de ceder a nuestros egoismos, pensando en construir muros particulares”, dijo, aún subrayando estar convencido de que “la resignación y el cansancio no pertenecen al alma de Europa” y que “las dificultades pueden transformarse en potentes  promotoras  de unidad”.

Europa debe ser  “generadora de procesos”, dijo el Papa explicando, con palabras del escritor Elie Wiesel, que hay que alejarse un poco del presente para escuchar a los antepasados, y afirmando, con palabras de Robert Schuman, que “Europa no se hará de un golpe solo, sino a través de realizaciones concretas que creen una solidariedad de hecho”. Europa tiene que promover “nuevos dinamismos (...) a la búsqueda de nuevas soluciones a los problemas actuales” que, en síntesis, el Papa cifró en “el desafío de poner Europa al día”, un “constante camino de humanización” para el que se necesitan “memoria, coraje y una sana y humana utopía”.

Poco antes había hablado Martin Schulz, que ha dicho que “Europa está atravesando un período atormentado y debe afrontar la que podría ser una prueba decisiva para su unidad”. Juncker ha agraedido agradeció al Papa que haya acogido en el Vaticano a 12 refugiados sirios, “que en proporción a la población vaticana es más que cualquier Estado de la Unión” .