CITA POLÍTICA INDISPENSABLE

El Obama cómico se despide riéndose de Trump y Cruz pero también de Clinton

El presidente de EEUU cumple por última vez con la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Barack Obama cumplió anoche por última vez con una de las citas indispensables del calendario político de Washington, la cena de corresponsales de la Casa Blanca, cuando el comandante en jefe se convierte por una noche en el humorista en jefe para ajustar cuentas con la prensa, con los candidatos a sucederle y consigo mismo.

Obama ha cumplido siempre el trámite con maestría y su despedida del evento no fue una excepción. "Tiene una sensibilidad cómica más afilada e influenciada por la cultura pop de lo que estamos acostumbrados a escuchar de los políticos", escribió horas antes 'The Washington Post', que lo definió "el primer cómico posmoderno en ocupar la presidencia".

Las dianas más previsibles de la noche estaban claras, pero el líder estadounidense las dejó para el final. Antes disparó contra la que fue su secretaria de Estado y rival en la campaña electoral del 2008. "Esta es mi octava y última aparición y estoy con ganas. Si este material funciona bien, lo usaré en Goldman Sachs el año que viene y ganaré muchos Tubmans", dijo aludiendo a los controvertidos discursos de Hillary Clinton ante el banco de inversión y a la reciente decisión de la Fábrica de Moneda y Timbre de reemplazar en los billetes de 20 dólares la efigie de Andrew Jackson por el de la abolicionista negra Harriet Tubman.

CANDIDATOS A SUCEDERLE

Obama no ha respaldado públicamente a ninguno de los candidatos que compiten para sucederle pero anoche dejó clara cuál es su predicción sobre el resultado de la campaña. "El año próximo a estas horas otra persona estará aquí en este mismo lugar y es difícil saber quién será ella". El único candidato sentado entre el público fue Bernie Sanders, sobre el que bromeó a costa de su tendencia a repetir la donación media recibida por su campaña: 27 dólares.

Hay quien piensa que la humillación que sufrió Donald Trump en la cena de corresponsales del 2011, en la que Obama lo puso del revés, le convenció de que tenía que presentarse a la presidencia. Con el millonario rozando la nominación republicana, el presidente volvió a ajustar cuentas con el hombre que lideró aquella conspiración que ponía en duda su nacimiento en EE UU.

"La jerarquía republicana no se puede creer que sea el nominado", dijo durante el monólogo. "Están incrédulos. Dicen que no tiene experiencia en política exterior, pero lo cierto es que ha conocido a líderes extranjeros: Miss Suecia, Miss Argentina, Miss Azerbayan". Trump fue presentador de Miss Universo y el año pasado compró el concurso después de que la cadena NBC rompiera su contrato con él por criminalizar a los inmigrantes mexicanos con comentarios racistas.

En otro momento dijo no podía explicarse cómo su popularidad ha vuelto a crecer. Un instante después dos caras aparecieron en la pantalla: las de Trump y Ted Cruz. Ninguno asistió al evento (el único candidato que lo hizo fue Bernie Sanders).

Obama también utilizó la presencia del exalcalde de Nueva York,  Michael Bloomberg, entre el público para mofarse del magnate. Bloomberg "conoce la política en profundidad y de hecho tiene la cantidad de dinero que dice tener". Aquellos que han analizado el patrimonio de Trump cuestionan los números que aporta, algo que le saca de sus casillas y, de hecho, ha demandado a más de uno por cuestionar su supuesto patrimonio.

TRADICIÓN DESDE 1962

En la cena anual de corresponsales de la Casa Blanca, a la que asiste el presidente desde que John Kennedy iniciara la tradición en 1962, se junta la élite periodística de Washington con las estrellas de Hollywood y representantes del deporte y la empresa. Helen Mirren, Morgan Freeman, Will Smith, Bryan Cranston o la modelo Adriana Lima asistieron anoche a la cita.

El cómico profesional y presentador de ‘The Nightly Show’, Larry Wilmore, intervino después de Obama con un humor cáustico que puso los pelos de punta a más de uno. "Barry, amigo, lo has hecho, mi negrata", se despidió Wilmore tras alabar a Obama y utilizando una palabra maldita en televisión ("negrata").

Como ya ha hecho otros años, Obama reflexionó sobre las marcas que ha dejado la presidencia en su físico. "Estoy gris, canoso y esperando mi panel de la muerte", en alusión a otra teoría conspiratoria de la derecha, en este caso referida a su reforma sanitaria. Y bromeó sobre cómo se le está perdiendo el respeto: "La semana pasada el Príncipe Guillermo acudió a nuestro encuentro en albornoz. Eso fue una bofetada en la cara".