Los refugiados abren nuevas rutas hacia Europa

Un grupo de inmigrantes desembarca del ferry noruego Siem Pilot en el puerto de Pozzalo, en Italia.

Un grupo de inmigrantes desembarca del ferry noruego Siem Pilot en el puerto de Pozzalo, en Italia. / periodico

JAVIER TRIANA

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Pocas vallas pueden frenar a la desesperación. Y la que Macedonia ha plantado en el extremo norte de Greciaen Idomeni, para cerrar la llamada 'Ruta de los Balcanes', no es una de ellas. La situación en el improvisado campamento de refugiados fronterizo es de calamidad humanitaria y hay quienes están tratando de abrir nuevas rutas hacia el norte de Europa.

Quizá la más arriesgada sea la que conecta las costas occidentales de Grecia con las surorientales de Italia: alrededor de un centenar de kilómetros de navegación en patera. Un enorme riesgo si se tiene en cuenta que el mar Egeo ha registrado al menos 366 muertes en lo que va de año y apenas diez kilómetros separan la costa turca de las islas griegas.

El 11 de enero de 2016, la agencia de noticias Reuters informó sobre la muerte de al menos un somalí y la desaparición de hasta otros cinco en el vértice sur de Italia tras una travesía desde Grecia. Un total de 37 compatriotas sobrevivieron. No es un caso aislado.

El fundador de la oenegé de socorristas Proactiva Open Arms, Òscar Camps, asegura a EL PERIÓDICO que el mes pasado se perdió la pista en ese tramo de una embarcación con unas 40 personas a bordo.

Por su parte, el diario griego 'Ekathimerini' apunta que, en las últimas tres semanas, están aumentando los campamentos improvisados cerca del nuevo puerto de Patra, en el oeste. Además, según la fuente, la sinuosa y escarpada costa occidental griega se ha usado con anterioridad para tráfico de migrantes, por lo que las autoridades han aumentado la vigilancia en la zona y en las vías principales que conducen a ella.

“No están inventando nada nuevo: están recuperando viejas rutas de tráfico de mercancías”, señala Camps. Varias oenegés han alertado del riesgo del aumento de la actividad de mafias de traficantes de personas con el cierre de la ruta balcánica.

DENTRO DE CAMIONES

El pasado fin de semana, niños del pueblo de Kulata, en la frontera búlgara con Grecia, declararon haber visto un grupo de seis o siete personas cargando equipajes, hablando en un idioma extranjero y caminando por la vía de tren que conecta ambos países. Éstos les hicieron gestos para que no alertaran a nadie. La prensa búlgara indicó que las autoridades no habían logrado capturar al grupo.

Eso para los 50.146 migrantes que actualmente están en Grecia. Porque, a pesar del operativo marítimo desplegado a raíz del acuerdo entre la UE y Turquía, no dejan de llegar pateras al país heleno desde territorio turco.

A las ya habituales llegadas a las islas del Egeo o intentonas dentro de camiones que circulan de Turquía a Bulgaria, se suman nuevas rutas como la que circunvala por mar la frontera terrestre entre Turquía y Grecia: según Proactiva, el pasado 17 de marzo fallecieron ahogados dos afganos en una patera que transportaba 49 más.

La portavoz de Acnur en Atenas, Stella Nanou, no se muestra sorprendida: “No hemos visto nada relevante como para decir que existen nuevas rutas, pero la experiencia nos dicta que cuando un paso se cierra, otro se abre. En especial cuando se trata de gente desesperada que huye de la guerra”.