Italia aprueba una ley para evitar el derroche de alimento

Cada año se tirán en el país alimentos por valor de 12.000 millones de euros

Una empleada repone los productos en un supermercado de Barcelona

Una empleada repone los productos en un supermercado de Barcelona / periodico

ROSSEND DOMÈNECH

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Congreso italiano ha aprobado este jueves una ley contra el derroche de alimentos y a favor de su entrega con fines sociales. La medida afecta a productores, vendedores y también a particulares. Al contrario de la reciente norma francesa -la primera en el mundo-, la italiana no castiga el despilfarro sino que incentiva su recuperación, simplificando el papeleo para donar excedentes y practicando descuentos del IVA y de los impuestos sobre la basura.

Según el ministerio de Agricultura, los alimentos que se tiran en Italia tienen un valor anual de 12.000 millones de euros. Actualmente se recuperan unas 550 mil toneladas de los mismos y el ministro Maurizio Martina ha ilustrado que para fines de año espera que se recupere un millón de toneladas. El programa ministerial llamado “DerrocheCero” tiene como eslogan “Es más conveniente donar que desperdiciar”. 

El 57% del despilfarro alimenticio lo producen los productores y vendedores y el 43% el ciudadano, de acuerdo con las estadísticas oficiales italianas. La FAO, agencia de la ONU para agricultura y alimentación, ha estimado que anualmente se tira el 30% del total de la producción mundial de alimentos, es decir, unos 1.300 millones de toneladas por valor de 750.000 millones de dólares.

NINGÚN VOTO EN CONTRA

La nueva ley italiana, que ha sido aprobada con 276 votos a favor, ninguno en contra y 106 abstenciones. La medida prevé que cualquier entidad económica, sea un supermercado, restaurante o industria, pueda donar sus excedentes para fines sociales sin presentar una declaración preventiva, como sucedía hasta ahora. Será suficiente que al final de cada mes entreguen una lista con lo que hayan regalado, aunque para evitar la posible picaresca, dicha lista deberá comprender la documentación sobre el transporte de las mercancías y las facturas correspondientes, de las que el donante podrá desgravar sucesivamente el IVA correspondiente.

El primer caso de recuperación de alimentos a punto de caducar para destinarlos a beneficencia fue organizado unos 15 años atrás por algunos estudiantes de la facultad agraria de Bolonia, después de haber participado a un encuentro con los directores de las grandes superficies de la ciudad. Estos les explicaron que los alimentos a punto de caducar eran retirados de las estanterías y tirados, “porque ya nadie los compra”.

La nueva ley sale al paso de los alimentos que llevan en la etiqueta la frase “consumir preferiblemente antes de...”. “Hemos querido subrayar que existe una diferencia entre el plazo mínimo de conservación y la fecha de caducidad”, ha explicado la progresista María Chiara Gadda, relatora del texto, ilustrando que entre el primer plazo y el segundo hay un lapso de tiempo en el que el alimento puede ser consumido sin problemas. La ley prevé también que las oenegés puedan acordar directamente con los productores la recuperación de los alimentos sobrantes o “feos”, como fruta y verdura, que de otro modo se pudrirían en el suelo.

CONCIENCIACIÓN TELEVISIVA

La norma presupuesta un millón de euros anuales para favorecer más acuerdos entre las organizaciones agrícolas, gran distribución y entes caritativos, que ya están en marcha desde hace algunos años. Otro millón irá al ministerio de Agricultura para financiar proyectos de empaquetamiento “inteligente y antiderroche” de los productos, para lo que podrá valerse de personal del servicio civil, que sustituye al antiguo servicio militar.

Otro millón de euros será destinado a “promover” en los restaurantes el uso de contenedores para llevarse a casa las sobras de una comida, el famoso “doggie bag” en gran uso en los EEUU y que en Europa no suele funcionar a causa una cierta incomodidad y pudor de los clientes. En la campaña estará implicada la pública RAI, con un número de horas predeterminado dedicados a informar sobre los derroches de alimentos. Por primera vez, la norma prevé una fórmula, que incluye controles sobre su seguridad, para el reciclaje de fármacos no caducados que ya no sean útiles a los ciudadanos