Chipre levanta un nuevo obstáculo a la búsqueda de un acuerdo con Turquía

Donald Tusk.

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SILVIA MARTINEZ

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Los obstáculos a los que se enfrenta el presidente de la Unión EuropeaDonald Tusk, para presentar en el Consejo Europeo de este jueves y viernes un plan que permita poner freno a la llegada masiva de refugiados de Turquía parecen a estas horas infranqueables. Son numerosos los estados miembros que tienen dudas sobre el plan apadrinado por la cancillera alemana, Angela Merkel. Tusk ya ha alertado de que tendrá que ser “reequilibrado” si quiere pasar el filtro de legalidad y ser aceptable para todos.

Tusk solo visitará antes de la cumbre dos capitales, Nicosia y Ankara, lo que da una idea de dónde están a estas horas los escollos más importantes. “Chipre no tiene intención de dar su consentimiento a la apertura de nuevos capítulos si Turquía no cumple con sus obligaciones”, advertía este martes su presidente. Nicos Anastasiades, que se entrevistará este miércoles con el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker, entiende que su país ya ha hecho gestos suficientes –aceptando la presencia de Turquía en cumbres con la UE- e insiste en que el proceso de adhesión no debe vincularse a la crisis migratoria.

El plan de seis puntos

“Cualquier confrontación con el Gobierno turco en esta fase de negociaciones es lo último que queremos” pero “es injustificado, contraproducente e inaceptable dejar la responsabilidad de la carga de la crisis migratoria sobre mis espaldas o las de Chipre”, advertía Anastasiades. La cumbre del pasado 7 de marzo encargó a Tusk elaborar un plan en torno a seis puntos: retorno a Turquía de los inmigrantes ilegales llegados por las islas griegas, reubicación de un refugiado sirio por cada uno que Ankara acepte de vuelta de Grecia, exención de visados para los turcos desde junio, acelerar el desembolso de los 3.000 millones acordados y pactar “financiación adicional”, preparar el terreno para abrir nuevos capítulos en el proceso de adhesión y ayudar a Ankara a crear zonas seguras en Siria.

La mayoría de estos elementos han generado críticas y muchas dudas entre los países de la UE. Empezando por las repatriaciones a gran escala, calificadas de ilegales por organismos como ACNUR, y siguiendo con la exención de visados o la aceleración de las negociaciones de adhesión. Turquía aspira a obtener luz verde sobre cinco nuevos capitulos que están congelados desde el 2009 a raíz de la decisión de Ankara de no aplicar la unión aduanera entra la UE y Turquía a Chipre.

Tusk es consciente de que Ankara es clave pero también de que las preocupaciones de los 28 deberán quedar resueltas. “La UE es una Unión de 28 Estados miembros y Chipre es tan importante como Alemania, Francia, Holanda o cualquier otro estado miembro. Ningún tercer país puede ser jamás más importante que cualquiera de nuestros estados miembros”, avisaba sin pronunciar Berlín o Ankara, pero en clara alusión a estas dos capitales que negociaron a sus espaldas el plan que sirve ahora de guía. “La propuesta turca, trabajada jnto con Alemania y Holanda todavía tendrá que ser reequilibrada para ser aceptable apra los 28 estados miembros”, resumía sobre el plan cocinado por Angela Merkel (Alemania), Mark Rutte (Holanda) y Ahmed Davutoglu (Turquía) en vísperas de la última cumbre.

La Comisión Europea tiene previsto presentar este miércoles los detalles legales para hacer jurídicamente viable el preacuerdo con Turquía. Según informó la portavoz comunitaria Mina Andreeva, la Comisión ha hecho "un análisis jurídico sobre que és posible hacer para convertir el pacto en operativo". "Hemos trabajado día y noche para poner sobre el papel los detalles legales del preacuerdo", explicó. 

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