INFORME EN WASHINGTON

Más ex-presos de Guantánamo se han unido a la lucha armada, según EEUU

La inteligencia estadounidense asegura que siete de los 144 liberados por Obama han reincidido

Un recluso de Guantánamo, escoltado por dos guardias en el penal, junto a otros dos presos en sus celdas, el 15 de marzo del 2002.

Un recluso de Guantánamo, escoltado por dos guardias en el penal, junto a otros dos presos en sus celdas, el 15 de marzo del 2002. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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En el debate sobre Guantánamo abundan los mitos. Pocos asuntos están tan politizados como el futuro de la base militar cubana y de los 96 sospechosos de terrorismo que siguen atrapados en su limbo legal. De ahí que los datos importen. El último informe de la Oficina del Director de la Inteligencia de Estados Unidos sostiene que siete de los 144 presos liberados durante la presidencia de Barack Obama se han unido a la lucha armada, uno más de los que reseñaba el análisis previo publicado en julio. Otros 12 se sospecha que lo hayan hecho, una cifra que dobla la estimación anterior. El informe no da nombres ni revela las organizaciones “terroristas” o “insurgentes” a las que se habrían unido.

Uno de los casos confirmados por la prensa es el del sudanés Ibrahim Al-Qosi, quien acompañó a Osama bin Laden hasta Afganistán tras ser expulsado de Sudán en 1996 para servirle como cocinero y chófer. Arrestado por el Ejército pakistaní cuando trataba de cruzar la frontera a finales del 2001, fue uno de los primeros detenidos en llegar a Guantánamo en el 2002 y también uno de los pocos que han sido condenados por las comisiones militares del Pentágono. Al Qosi se declaró culpable de apoyo material a la organización terrorista a cambio de un acuerdo extrajudicial por el que EEUU dio por cumplida su condena. En el 2012 lo repatrió a su país y dos años después, según 'The Long War Journal', se unió a la rama de Al Qaeda en Yemen “para convertirse en uno de sus líderes”. En diciembre del 2015 apareció en un vídeo propagandístico en el que celebraba el ataque yihadista contra la redacción de la revista satírica 'Charlie Hebdo' en París.

ALEJADOS DE LA NORMA

Casos como el de Al Qosi están, sin embargo, lejos de ser la norma, a pesar de lo que propagan algunos políticos. “No vamos a cerrar Guantánamo”, dijo el mes pasado el candidato republicano a la presidencia Marco Rubio, poco después de que Obama anunciara su improbable plan para cerrar la prisión. “Estos son literalmente combatientes enemigos, en esencia soldados o mejor terroristas de organizaciones terroristas extranjeras. En cuanto los sueltas, muchos de ellos se reintegran en la lucha contra nosotros”. Rubio hace una interpretación muy elástica de “mucho” porque, según la inteligencia estadounidense, solo un 4,9% de los reclusos liberados durante la era Obama han tomado las armas y un 8,3% se sospecha que lo hayan hecho. De los siete confirmados, uno está muerto.

Las cifras aumentan si se analizan los 532 presos que puso en libertad la Administración Bush, la misma que abrió el penal y que impuso el sistema de detención indefinida para los sospechosos de terrorismo. De todos ellos, 111 reincidieron y 74 se sospecha que lo hicieron, según la Inteligencia Nacional. Uno de ellos fue el único español que pasó por Guantánamo, Hamed Abderramán, el conocido como el talibán ceutí. El mes pasado fue detenido en Ceuta junto a otros dos españoles en una operación conjunta hispano-marroquí por dedicarse presuntamente a reclutar y enviar combatientes a las filas del Estado Islámico en Siria e Irak, así como a captar adeptos para atentar en España y Marruecos.

Apoyándose en las tendencias de los últimos 11 años, el informe asegura que “algunos de los detenidos actualmente en Guantánamo tratarán de volver a actividades terroristas o insurgentes una vez sean transferidos”. En el penal quedan 96 reclusos. La gran mayoría no han sido acusados formalmente de nada ni han sido condenados en un tribunal.