Tensa evacuación de 'La Jungla' de Calais

El Gobierno francés inicia el desalojo de la zona sur del campamento donde se hacinan miles de inmigrantes

Incendio en 'La jungla' de Calais.

Incendio en 'La jungla' de Calais. / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

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Tres días después de haber recibido el aval de la justicia, las autoridades francesas han comenzado la evacuación de la zona sur de la llamada ‘Jungla’ de Calais, donde se hacinan en condiciones insalubres miles de inmigrantes con la esperanza burlar los controles y llegar al Reino Unido.

El inicio de las labores de desalojo se ha iniciado este lunes en un ambiente de tensión y en presencia de un importante operativo de seguridad integrado por un centenar de agentes, unos 30 vehículos policiales y dos furgones antidisturbios estacionados en la entrada del campamento.

La consigna oficial que se les ha dado desde el Gobierno regional es la de garantizar la seguridad de la operación. con la que se pretende trasladar a entre 800 y 1000 migrantes a la zona norte del campamento, donde se han instalado 125 contenedores, o a otros centros de acogida repartidos por el territorio francés.

El salto al Reino Unido

Para intentar convencer a los inmigrantes de que abandonen el campo, los trabajadores sociales recorren la ‘Jungla’ ofreciéndoles las diferentes opciones de alojamiento propuestas por el Gobierno, aunque muchos son reticentes a alejarse de la ciudad portuaria del norte de Francia porque no quieren renunciar a dar el salto al Reino Unido.

Dos excavadoras y una veintena de obreros de la empresa contratada por el Gobierno han comenzado poco después de las 8.30 horas de la mañana a desmantelar las primeras chabolas situadas en una zona que se extiende a lo largo de unos 100 metros cuadrados, según informan medios locales.

Tras una mañana más bien tranquila, por la tarde se vivieron escenas de nerviosismo al incendiarse una tienda de campaña y después de que los inmigrantes empezaran a lanzar proyectiles a las fuerzas del orden, disturbios en los que, según la Prefectura, participaron unos 150 activistas de ‘No Borders’, organización altermundialista que reclama la abolición de las fronteras. Una periodista de la BBC presente sobre el terreno hablaba de una “rápida escalada de la violencia” y del uso de gases lacrimógenos.

Numerosos activistas extremistas han impedido el buen desarrollo de estas operaciones al intimidar a los inmigrantes para que no acepten las propuestas de alojamiento, impidiendo a muchos de ellos subir a los autobuses con destino a un centro de acogida e insultando a los trabajadores sociales”, se ha quejado la Prefectura regional. Unos actos que la delegada del Ejecutivo regional, Fabienne Buccio, atribuye a activistas “en su mayoría británicos”. Un militante de ‘No Borders’ ha sido detenido durante la operación de desalojo, según fuentes policiales.

El primer ministro, Manuel Valls, aseguró el pasado 23 de febrero que la evacuación duraría “el tiempo que fuera necesario” y el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, insistió el pasado jueves en que se trataba de una operación “humanitaria” en la que no se recurriría a la fuerza.La orden administrativa a la que la justicia ha dado su luz verde no incluye la destrucción de los espacios sociales levantados por los propios inmigrantes, como la escuela, el teatro o los lugares de culto.

Guerra de cifras

Las oenegés, que están de acuerdo con el Gobierno en la necesidad de buscar un lugar más digno para albergar a los refugiados (en su mayoría afganos, sudaneses, eritreos, iraquíes y sirios), contestan en cambio las cifras manejadas por las autoridades.

El Ejecutivo asegura que en la parte sur del campamento de Calais hay entre 800 y 1.000 personas, pero los cálculos de las asociaciones elevan su número hasta los 3.450, para los que no está prevista una solución definitiva. El número total de refugiados que se concentran en Calais es de entre 3.700 y 7.000, dependiendo de las fuentes.

El temor a que la evacuación de la parte sur de Calais provoque el desplazamiento de los inmigrantes hacia el norte, llevó la pasada semana a las autoridades belgas a cerrar su frontera con Francia.