VIAJE A MÉXICO

El enfado del papa Francisco

"¡No seas egoísta!", le reprochó el Pontífice a un joven feligrés que tiró de él con demasiado entusiasmo hasta casi hacerle caer

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El papa Francisco se ha enfadado con varias personas que le han agarrado cuando se acercó a saludar a una valla a los asistentes al encuentro con jóvenes, que ha tenido lugar este martes por la tarde en la ciudad de Morelia, en el estado mexicano de Michoacán, dentro de los actos prevista en su visita a México.

"¡No seas egoísta!", ha dicho en varias ocasiones el Pontífice, quien sin embargo ha continuado saludando a los fieles e impartiendo bendiciones a niños en silla de ruedas, tal y como ha informado la agencia de noticias Notimex, que añade que el Papa subió posteriormente a un pequeño vehículo para abandonar las instalaciones.

MOMENTO, EN YOUTUBE

Varias personas han compartido vídeos del momento del enfado del Pontífice. Cuando se acercó al público mientras se retiraba, el Papa despertó la emoción de los jóvenes congregados, al grado que uno llegó a agarrarle y tirar de él con tanta insistencia que Francisco casi pierde el equilibrio y prácticamente cae encima de un niño en silla de ruedas.

Ayudado por sus escoltas y personal del Estado Mayor Presidencial, Francisco logró recuperar la vertical y, claramente molesto, le dijo al joven que tiró de su vestimenta: "¡No seas egoísta!".

Inmediatamente después el sonido local llamó a los asistentes a no agolparse en torno al Pontífice, que solo quería saludarlos.

Tras el acto, se ha dirigido al Aeropuerto Internacional de Morelia, desde donde ha tomado un avión para regresar a Ciudad de México y pernoctar en la nunciatura apostólica.

ENCUENTRO CON LA JUVENTUD

Con gritos como "Esta es la juventud del Papa" y "Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, el Papa es mexicano cómo lo ven", los jóvenes animaron con su entusiasmo, sus brincos y sus gritos los minutos previos a la llegada del pontífice, quien tuvo tiempo para saludarlos antes y después de la ceremonia.

Durante el evento, el pPpa lanzó a los jóvenes un discurso enérgico e inconformista en que les dijo que no se resignaran a un panorama marcado por el narcotráfico, la falta de oportunidades, la pobreza y la marginación.

Los jóvenes respondieron con aplausos, interrumpiéndole con gritos como "¡Te queremos!" o "¡Te amo, papa!", ante los cuales el pontífice esbozaba una sonrisa.

En el cierre del encuentro se hizo una pequeña actuación con danzas, en la que una carpa dorada en mitad del escenario iba descubriendo poco a poco una gran cruz.

Mientras, en la audiencia se desplegaba una manta gigante con una paloma que representaba al Espíritu Santo, poco antes de que Francisco despidiera a los asistentes y rezara con ellos un Avemaría.