LA LACRA DEL NARCOTRÁFICO

El caballo mortal de Tierra Caliente

Joaquín 'El Chapo' Guzmán conducido por soldados a la oficina del fiscal general de México, el pasado 8 de enero.

Joaquín 'El Chapo' Guzmán conducido por soldados a la oficina del fiscal general de México, el pasado 8 de enero. / REUTERS / HENRY ROMERO

TONI CANO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Más que el sol, el terror de los nuevos narcos aplasta la región de Tierra Caliente en el estado mexicano de Guerrero. Unos 350 muertos en los últimos tres meses, docenas de desaparecidos, caseríos abandonados o quemados señalan los caminos hacia donde, Sierra Madre arriba, florece la amapola hasta opacar otros triángulos dorados de la droga.

Las bandas más violentas se disputan a tiros esas rutas y las que después sigue la heroína. Empoderadas, matan, secuestran, extorsionan a mansalva.

Los caminos del llamado ‘pentágono de la amapola’ confluyen en Iguala. La persecución a tiros de los estudiantes de Magisterio de Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 de ellos en esa ciudad, la noche del 26 de septiembre del 2014, vino a mostrar la punta de un iceberg volcánico que las autoridades tratan más bien de ocultar.

Pero, como señala el investigador José Reveles, “es claro que en pocos años Iguala se fue transformando en un centro de acopio, preparación, selección, empaque y envío de goma de opio y heroína a Estados Unidos”.

Algunos de esos paquetes salen de Iguala y llegan a EEUU, según consta en un tribunal de Chicago, ocultos en autobuses. Tal vez los estudiantes tomaron aquella noche un autobús que ya estaba ‘cargado’ con unos kilos de droga. Otros cargamentos llanean en coches y camionetas por esta zona árida de Tierra Caliente que se extiende en el vecino estado de Michoacán, o van hacia el centro del país por el estado de México y el de Morelos. Los bosques de las estribaciones serranas ocultan los laboratorios.

SUSPENDER LA FUMIGACIÓN

La decisión gubernamental (algunos aseguran que estadounidense) de suspender hace 10 años la fumigación aérea de los plantíos de marihuana y amapola abonó el crecimiento criminal de la Tierra Caliente de Guerrero. Del pentágono de la adormidera sale ya casi la mitad de la heroína mexicana camino a EEUU.

México se ha convertido en el segundo productor, tras Afganistán: ha desplazado al ‘triángulo dorado’ del sudeste asiático. Y Guerrero desplaza al ‘triángulo dorado’ dominado por el cártel de Sinaloa. Los narcos mexicanos obtienen, calcula José Reveles, “unos 17.000 millones de dólares anuales solo por los opiáceos derivados de la amapola”.

Caídos los hermanos Bertrán Leyva, que articulaban el cártel de su nombre, la región se ha convertido en el nuevo frente de la narcoguerra. Grupos como Los Rojos, Guerreros Unidos, Los Tequileros o Cártel Jalisco Nueva Generación se disputan la zona plaza a plaza, de aldea en aldea, con un poderío y una violencia crecientes.

Mandan en calles y caminos, en negocios y hasta en las casas. Las tácticas de terror de los nuevos narcos incluyen, igual que las torturas y ejecuciones escalofriantes, el tráfico de niños o el tráfico de sus órganos. “Aquí hay una crisis de derechos humanos”, claman los expertos.

Más que el sol, el terror aplasta ahora Tierra Caliente. Y con todo a merced de los sicarios y esos jóvenes barones de la droga que dejan chiquito al ‘Chapo’ Guzmán, nadie sale a la calle cuando cae la noche.