LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Hillary Clinton y Ted Cruz ganan en Iowa

Hillary Clinton, junto a Bill Clinton y su hija Chelsea, durante la noche del caucus demócrata.

Hillary Clinton, junto a Bill Clinton y su hija Chelsea, durante la noche del caucus demócrata. / CL MS

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Rompiendo los pronósticos de las últimas encuestas, el senador Ted Cruz ha ganado esta noche el caucus republicano en Iowa, la primera cita del largo proceso de primarias del que saldrán los candidatos a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca. Cruz se impuso por cuatro puntos de ventaja a Donald Trump, el hombre que ha dominado la conversación durante meses y las encuestas en las dos últimas semanas. Marco Rubio acabó tercero con un resultado brillante que está llamado relanzar su candidatura y convertirlo en la alternativa a los insurgentes. Del lado demócrataHillary Clinton cantó victoria, aunque el cómputo final refleja un empate técnico con el socialdemócrata Bernie Sanders, que ha estado a punto de conseguir que la exsecretaria de Estado reviviera la misma pesadilla de hace ocho años en Iowa.

La noche tuvo grandes dosis de emoción y su punto justo de sorpresa, poniendo en evidencia que la carrera está llamada a ser larga en ambos bandos y el desenlace, un misterio. El Partido Republicano de Iowa anunció que la participación había batido récords históricos pero, en contra de lo que predecían los expertos, no acabó beneficiando a Trump sino a sus principales rivales. El multimillonario neoyorquino había logrado arrastrar a parte de esa América furiosa con la clase política, pero su maquinaria organizativa sobre el terreno no estaba a la altura de sus rivales y lo ha acabado pagando, al ser incapaz de traducir en votos el respaldo en las encuestas. Al final volvió a imperar la tradición en Iowa y ganó el más conservador y religioso de todos los candidatos con opciones, como ya pasó en el 2012 y el 2008 con las victorias de Rick Santorum y Mike Huckabee respectivamente.

RUBIO, TRIUNFADOR SIN CORONA

Cruz obtuvo el 28% de los votos, seguido por Trump (24%), Rubio (23%), Ben Carson (9%), Rand Paul (5%) y Jeb Bush (3%). "Déjenme que diga primero: que la gloria esté con Dios", dijo el victorioso senador por Tejas al abrir visiblemente emocionado su parlamento. "Esta noche es una victoria para las bases, para los valientes conservadores a lo largo y ancho de Iowa y de todo el país". La ronda de discursos la había abierto un poco antes Rubio, que es el verdadero triunfador sin corona de la noche, después de demostrar que está listo para competir desde el primer momento y dejar a años luz a aquellos que luchan por disputarle el manto del candidato del establishment.

"Este es el momento que dijeron que nunca sucedería", afirmó Rubio en la sede de su campaña en Des Moines, la capital del estado. "Esta noche en Iowa estamos lanzando un mensaje claro. Después de siete años de Obama no vamos a esperar ni un minuto más para recuperar nuestro país". Rubio es hijo de humildes inmigrantes cubanos, una narrativa que combinada con su potente oratoria y su juventud prometen llevarle lejos en esta campaña.

Para Trump es solo un tropiezo relativo, teniendo en cuenta que nadie se lo tomaba en serio cuando empezó o que en New Hampshire, el próximo estado en liza, su ventaja en las encuestas es de dos dígitos. El showman y magnate se comportó como un adulto al analizar los resultados. Felicitó a sus rivales y dijo estar "verdaderamente honrado" por haber logrado el segundo puesto.

SE RETIRAN O'MALLEY Y HUCKABEE

En el campo demócrata fue una noche de infarto. Clinton obtuvo el 49,8% de los votos frente al 49,6% de Sanders, por lo que en la práctica se repartirán los 30 delegados en juego. El último de la terna, Martin O’Malley, no llegó al 1% y antes de que acabara el recuento anunció que suspende definitivamente su campaña. Lo mismo hizo el exgobernador republicano Mike Huckabee, la segunda víctima del veredicto de Iowa.

Desde un punto de vista psicológico, una victoria para Clinton, aunque sea por la mínima, es importante después de que hace ocho años quedara aquí tercera. Dará ceirta tranquilidad a su campaña, evitando cualquier sensación prematura de ansiedad y crisis. Lo que está claro, sin embargo, es que tiene enfrente a un serio competidor por el que nadie daba un céntimo hace unos meses. "Vaya campaña más increíble", proclamó en sus primeras palabras la exsenadora y exprimera dama, flanqueada por su marido Bill Clinton y su hija Chelsea. 

Lejos de la pesadumbre, se respiraba euforia en el cuartel general de Sanders, por el que nadie daba un céntimo hace unos meses. "La gente de Iowa ha enviado un mensaje muy profundo al establishment político, económico y mediático", dijo el senador por Vermont, refiriéndose a un establishment que está loco por que desaparezca pronto.