Clinton contra las cuerdas

Hillary Clinton

Hillary Clinton / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / CLIVE (IOWA) / (ENVIADO ESPECIAL)

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una noche para celebrar y un día después para temblar. Después de un recuento de votos interminable, el Partido Demócrata de Iowa le ha dado este martes la victoria a Hillary Clinton por dos décimas en el duelo que mantuvo el lunes con Bernie Sanders en los caucus del estado, la primera estación de un viaje que llevará a uno de los dos a competir por la Casa Blanca en noviembre. Ese veredicto resuelve el empate técnico que reflejaron las urnas y permitirá a la secretaria de Estado dejar atrás los fantasmas de 2008, cuando acabó tercera en Iowa tras dominar durante meses las encuestas. Pero Hillary tiene poco más que celebrar. Este primer envite ha enterrado definitivamente su vitola de invencibilidad. No emociona, le votan fundamentalmente los viejos y compite contra un hombre que, pese a sus 74 años, ha logrado encarnar ese concepto tan poderoso como es el cambio.

Para comprender la magnitud de lo sucedido en solo unos meses, basta una frase pronunciada por Sanders el lunes por la noche ante su ejército de seguidores, que volvieron a recibirle al grito de “Feel the Bern”, la frase que popularizó Jane Fonda en sus programas de aerobic y que vendría a significar algo así como “siente la quemazón”. “Hace nueve meses llegamos a este hermoso estado. No teníamos organización política, no teníamos dinero, no teníamos un nombre reconocido y nos íbamos a enfrentar a la más poderosa organización política de Estados Unidos”, dijo refiriéndose a los Clinton. “Y hoy, aunque los resultados sigan en el aire, parece que hemos logrado un empate virtual”.

El recuento final otorga a Hillary el  49.8 de los votos frente al 49.6 del viejo socialista, el resultado más ajustado en la historia de los caucus demócratas de Iowa. El resto, menos del 1%, fue para el exgobernador de Maryland, Martin O’Malley que, antes de que acabara la noche, anunció que se retiraba de la carrera tras meses de esfuerzos infructuosos para levantar el vuelo en las encuestas. En la práctica, la exsecretaria de Estado recibirá 23 de los 44 delegados en juego. Los 21 restantes irán para el senador independiente de Vermont.  

TODOS EN NUEVO HAMPSHIRE

Tras mantener anoche cierta prudencia ante la incertidumbre del resultado, Hillary ha tratado esta mañana de capitalizar su victoria. “Os puedo decir que he ganado y he perdido allí y es mucho mejor ganar”, ha dicho en una universidad de Nashua, una pequeña ciudad de Nuevo Hampshire, estado al que se han trasladado ya todas las campañas. Ese margen pírrico está, sin embargo, pendiente del espaldarazo que sus asesores pretendían recibir para buscar la remontada en Nuevo Hampshire, un feudo mucho más liberal que Iowa. Sanders le saca allí casi 20 puntos de ventaja. ¿Significa esto que Bernie podría arrebatarle la elección? Es pronto para decirlo, pero como demostró Barack Obama en 2008 es una posibilidad que no debería descartar completamente.

Mientras el voto republicano parece estar fraccionado en líneas socioeconómicas, el demócrata está partido en función de la franja de edad y el color de la piel. Este último fue irrelevante en Iowa, un estado casi exclusivamente blanco, pero si quedó en evidencia que Bernie arrasa entre los menores de 40 años, según las encuestas a pie de urna. El 86% de los jóvenes de 17 a 24 años votaron por él. En cambio Hillary ganó entre esas edades más reposadas y ya curadas de los excesos de idealismo. El 70% de los pensionistas votaron por ella. El gran caballo de batalla para Bernie, cuyos mítines son volcán de energía, serán los estados del sur, más moderados políticamente y mucho más mestizos. Los negros, y en menor medida los hispanos, aman a los Clinton y su peso demográfico será determinante en el sur y en el oeste.

En las últimos semanas, Sanders empieza a rodearse de figuras influyentes de la comunidad negra, como el intelectual Cornel West, el rapero Killer Mike o algunos activistas del movimiento Black Life Matters, pero es cuestionable que haya conseguido insertarse por el momento en un mundo para el que es poco más que un desconocido, un judío blanco sin raíces sureñas y acento de Brooklyn.