LA YIHAD EN EUROPA

Reabre 'A la Bonne Bière', uno de los cafés atacados por los terroristas en los atentados de París

bonne biere parís

bonne biere parís / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

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Se han hecho algunas obras, se han pintado las paredes y se han quitado las huellas físicas de la pesadilla que se vivió el viernes 13 de noviembre, cuando el bullicio de la terraza que se abre en el ángulo del Faubourg du Temple con la calle Fontaine au Roi, a unos metros de la Plaza de la República, fue bruscamente interrumpido por el sonido del kalasnikov.

Hace justo tres semanas, en ‘A la Bonne Bière’ murieron cinco personas. En la acera, apoyadas sobre una parte de la fachada hay todavía cientos de flores y velas en recuerdo de las víctimas. Pero el resto se ha limpiado para subir la persiana y abrir de nuevo las puertas a los clientes habituales, mezclados este viernes con una nube de cámaras, periodistas y curiosos que esperaban desde las 8 de la mañana ese gesto simbólico con el que se quiso enviar una señal: la vida sigue. “Queremos demostrar que somos más fuertes que ellos, así que vamos a volver a empezar para que el barrio se recupere”, decía Audrey Bily, gestora del bar.

RECUERDO A LAS VÍCTIMAS

Detrás de ella, en una enorme pizarra el equipo de ‘A la Bonne Bière’ recordaba a las familias de los afectados por el drama y agradecía la labor de bomberos, policías y todos los que en esa noche fatídica acudieron a socorrerles, así como las muestras de apoyo recibidas desde entonces.  “Para nosotros es hora de estar juntos, unidos y de avanzar para no olvidar”, concluía el mensaje situado en la entrada.

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Dentro, el camarero más veterano del equipo, Luis, el rostro serio, servía cafés y croissants a buen ritmo mientras en la terraza se sentaban los fumadores, taza humeante y vaso de agua en mano. Carlos da Silva es, como Luis, de origen portugués, y lleva 20 años yendo a la Bonne Bière a eso de las 8.30, a tomar su café.

“Cuando entré sentí una mezcla de alegría y tristeza porque, aunque la gente bromea un poco, las cosas están todavía muy recientes. Pero bueno, intento retomar mis costumbres sin pensar demasiado. De todas maneras hay que seguir”, comenta este currante que trabaja justo al lado. Algunos vecinos, prefieren no decir nada. Admiten que están aún demasiado tristes, que sólo recuerdan el horror.

"TENEMOS MIEDO, PERO HAY QUE SEGUIR"

Otros ven prematuro retomar la actividad tan pronto, pero para Milan, un jubilado serbio que pasa su tiempo entre París y la campiña francesa, era importante venir para comprobar que Luis estaba vivo. “Estoy contento de verlo bien”, dice mientras invita a un café y Carlos sigue con la charla. “Cuando me preguntan si tengo miedo pienso en lo que dice mi hijo de 14 años, que hay países donde este tipo de cosas pasan todos los días y que, como en España, también ha habido atentados. Claro que tenemos miedo, pero hay que seguir. No hay que pensar demasiado en ello, pero de todas formas es duro”, reconoce.

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Votante de izquierda, Carlos recela del avance del Frente Nacional y teme por la suerte de un amigo tunecino, al que desde los atentados le miran mal. “Esto va a continuar y habrá miradas de desconfianza hacia los otros. Eso me molesta un poco”.  Pero de momento, termina su café y volverá a la hora del almuerzo. “Se come muy bien. Te recomiendo el entrecot, que es la especialidad de la casa”. Se despide con una reflexión sobre el regreso de los nacionalismos y un deseo, que Catalunya sea independiente.

En el barrio acribillado a balazos por el comando de Brahim Abdeslam, Abdelhamid Abaaoud y un tercer terrorista aun no identificado, otros locales siguen cerrados. El restaurante ‘Le Petit Cambodge’ abrirá probablemente a mitad del próximo mes enero y ‘Le Carillon’ a finales de diciembre. Para la pizzería ‘Casa Nostra’ todavía no hay fecha.