MASACRE EN PARÍS

"Todo es terrorismo, pero ETA trataba, entre comillas, de respetar el entorno general", dice el viceconsejero vasco de Seguridad

Agentes de la Ertzaintza, en un registro de vehículos, el pasado mes de agosto.

Agentes de la Ertzaintza, en un registro de vehículos, el pasado mes de agosto. / periodico

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / PARÍS (ENVIADO ESPECIAL)

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Este martes empieza en París una de las mayores ferias de seguridad del planeta. Se llama Milipol y debe su nombre a las palabras ‘militar’ y ‘policía’. Cerca de 900 expositores, 25.000 visitantes de 150 nacionalidades y delegaciones de un centenar de países se acercarán hasta el viernes al Paris-Nord Villepinte Exhibition para conocer las últimas novedades en materia de defensa. Hasta ahí se ha desplazado una delegación del Gobierno vasco, encabezada por el director de la ErtzaintzaGervasio Gabirondo, y el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga. Este diario charla con ellos en la plaza de la Republique, a donde se han desplazado para expresar su solidaridad en nombre de Euskadi con las víctimas de los atentados del pasado viernes.

No es lo mismo, pero saben de qué va esto; conocen muy bien los efectos del terrorismo, aunque tuviera otros objetivos. “todo es terrorismo, pero ETA trataba, entre comillas, de respetar el entorno general, pero esta gente no, les da igual todo el que se encuentren delante y consideran su enemigo a todo el que no piense como ellos”, sostiene Zubiaga. “Es importante que haya unidad, que se dé una misma respuesta, que no haya diferentes frentes”, añade. No es una reflexión para nada baladí si se tiene tiene en cuenta que se trata de un representante político de una región que no siempre gozó de ese andar todos a la vez con la mirada puesta en poner fin a la lacra del terrorismo.

COMUNICACIÓN CONSTANTE

La Ertzaintza llega a Milipol con un estand propio, distinto del que han montado al alimón la Guardia Civil y la Policía Nacional. “No tengo constancia de que los Mossos hayan venido”, señala. Preguntado sobre lacomunicación entre los distintos cuerpos de seguridad que operan en el País Vasco, vistos los flecos entre la policía catalana y la española, el director de la policía vasca descarta que en su caso haya mala sintonía. “Desde el primer momento siempre ha habido comunicación constante y se ha trasladado la información. Todos los días hay situaciones que deben tratarse, siempre hay reuniones”, asegura.

La hemeroteca, sin embargo, parece indicar que el diálogo no es tan fluido entre los distintos uniformados. El diario 'El Correo' hablaba hace ahora un año de “choques sin precedentes”, unas malas relaciones que podían afectar “a la seguridad de los ciudadanos”. El problema, señaló entonces un mando policial con tres décadas de trabajo a sus espaldas, es que en los 80, cuando la policía vasca empezó a desplegarse, no se fijaron con claridad los protocolos para hacer frente a las vicisitudes del día a día. Zubiaga no lo ve así: “la relación es constante”. Ese, el de la escasa o nula coordinación, tanto en los asuntos menores, como un detenido que termina en la calle por un error administrativo entre cuerpos, como los importantes, como la lucha contra los radicales islámicos, es un problema del que adolece Catalunya, hasta el punto de que no está claro quién tiene las competencias en materia antiterrorista.